Vox sólo gobernará en un municipio de la Ribera

Algemesí es la única localidad de la Ribera que replica el pacto por el que el Partido Popular y la extrema derecha dirigirán el gobierno autonómico

La falta de acuerdo en Massalavés y Catadau deja en minoría a los ejecutivos del PP

Pleno de investidura del Ayuntamiento de Algemesí.

Pleno de investidura del Ayuntamiento de Algemesí. / Agustín Perales

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

El pacto para apuntalar el nuevo Consell entre el Partido Popular y Vox ha encallado en la Ribera. Al menos, en los primeros días de la legislatura. Son más los candidatos populares que han sido investidos en minoría que los que han pactado con la formación de extrema derecha. De hecho, el acuerdo tan sólo se replica en Algemesí

A un día del pleno de constitución de los nuevos ayuntamientos, el ahora investido alcalde de Algemesí, José Javier Sanchis, anunció que había alcanzado un acuerdo con Vox. La suma de ocho y tres concejales, respectivamente, permitía a ambos partidos conformar un gobierno conservador estable y devolver a la izquierda a la oposición tras ocho años de ejecutivo progresista.

En el acuerdo firmado, ambas formaciones decían ser «conscientes de las diferencias» que existen entre ellas, pero también «responsables ante el mandato de los ciudadanos de Algemesí. Se comprometieron a «a priorizar la ejecución de las propuestas electorales» en base a su representación en el consistorio y a conformar un gobierno «eficaz, eficiente, transparente y sincero» que controle el gasto público y reduzca el coste político. Asimismo, aseguraron que pretenden «despolitizar la vida social, cultural y festiva» de la ciudad y «gobernar para todos».

De ese modo, el Ayuntamiento de Algemesí es el único que, tras la sesión de investidura, comparte los mismos colores que el gobierno autonómico. En otras localidades, no se ha replicado el pacto entre los populares y la formación de Santiago Abascal a pesar de ser posible y permitir alcanzar la mayoría de los respectivos consistorios.

Por ejemplo, el PP recuperó el sábado la alcaldía de Catadau con un gobierno en minoría liderado por José Escuder. Los contactos con Vox no se materializaron en un acuerdo y el único concejal de la formación de extrema derecha se abstuvo en la votación. El PP obtuvo cinco concejales el 28-M por lo que un hipotético acuerdo con Vox le garantizaba la mayoría absoluta. Las reuniones entre ambas partes no alcanzaron buen puerto.

En otros pueblos ni sumaban

La suma también era propicia en Massalavés, donde los cuatro ediles populares y los dos de Vox alcanzaban para gobernar con comodidad un ayuntamiento de nueve escaños. Tampoco se alcanzó acuerdo alguno. Los representantes del partido de extrema derecha, al igual que en Catadau, se decantaron por la abstención.

En otras localidades, Vox ni siquiera tuvo la oportunidad de ser decisivo. En Alzira podría haber formado parte de un cuatripartito con demasiadas heridas abiertas entre sus componentes. En Carcaixent, sus dos concejales no permitían al PP alcanzar la mayoría. Y en Montroi o Montserrat podrían haber desempeñado un papel más activo de haberse decantado los partidos independientes por el bloque de derechas.

Así las cosas, sólo tres de los dieciocho ediles de Vox tendrán delegaciones de gobierno en los ayuntamientos de la Ribera. El resto deberá permanecer en la oposición o servir de bisagra allá donde el PP se encuentra en minoría. Aunque de aquí al final de la legislatura su situación podría variar.

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