Los arquitectos técnicos premian la reposición de la cúpula de Sueca

La reconstrucción de la cúpula de la iglesia de Nuestra Señora de Sales de Sueca ha sido una de las cuatro intervenciones ganadoras de los I Premios de la Arquitectura Técnica Valenciana, convocados por el Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Valencia (COAT Valencia). Fue seleccionada mediante el criterio de un jurado compuesto por profesionales del sector y expertos en edificación. La rehabilitación llevada a cabo en el templo de la patrona de la capital de la Ribera Baixa ha recibido el galardón destinado a la mejor actuación de rehabilitación edificatoria.

El arquitecto técnico Luis Cortés Meseguer ha sido premiado por la reconstrucción de la cúpula de la iglesia de Nuestra Señora de Sales de Sueca, que ha sido objeto de una intervención de gran complejidad técnica. La intervención se programó sobre todos los componentes de este elemento patrimonial, que presentaba daños severos y que se encontraba en riesgo de colapso. El jurado ha destacado, además, que se trata de un hito paisajístico. «Una intervención única por su tipología realizada bajo una metodología de estudio centrada en el análisis del artefacto construido, las técnicas constructivas y el modelizado con complejos softwares», destaca el Colegio de Arquitectos Técnicos.

Junto a la reconstrucción de la cúpula de la iglesia suecana, los premios impulsados por los arquitectos técnicos colegiados han reconocido el meritorio diseño y construcción de seis viviendas unifamiliares pareadas en El Vedat (Torrent), la ejecución del edificio de Caixafórum Ágora en València y las fachadas modulares industrializadas SPANS. Los premios se entregarán en la gala de la Noche de la Arquitectura Técnica de Valencia, una fiesta que reunirá a la profesión el 20 de octubre en el edificio Veles e Vents.

Largo historial de desperfectos

La obra de rehabilitación de la cúpula sustituyó las clásicas tejas de color azul por unas láminas de cobre de color verde esmeralda. Aunque la intervención nada tenía que ver con cuestiones estéticas. La bóveda de la iglesia ha registrado, a lo largo de los años, numerosos problemas. En algo más de dos siglos, se desplomó en dos ocasiones y se han realizado intervenciones importantes en no pocas ocasiones. El primer derrumbe se produjo a los años de su construcción, en 1772. De hecho, antes siquiera de cumplir un siglo de vida ya sufría problemas de desprendimientos. Tanto en los años 80 como en los 90 del pasado siglo se realizaron varias reparaciones hasta que, en 2021, se inició la intervención ahora premiada por el colegio de arquitectos.