Entrevista: Luis Cortés Meseguer

«El patrimonio no da votos, no se valora lo suficiente y falta inversión»

«En la cúpula de Nuestra Señora de Sales de Sueca no buscábamos una intervención estrella, pero ha resultado un hito en València al ser la primera vez que se realizaba una sustitución así»

Luis Cortés.

Luis Cortés. / Perales Iborra

Arquitecto especializado en conservación y restauración del patrimonio. El arquitecto de Sueca Luis Cortés Meseguer está detrás de muchas de las cúpulas rehabilitadas en València en los últimos años. El colegio de aparejadores le otorgó un premio por su trabajo realizado en la iglesia de Nuestra Señora de Sales. El proyecto para crear en Alzira el espacio MUMART en el antiguo retén de la Policía Local es suyo.

El Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de València premió la reconstrucción de la cúpula de Nuestra Señora de Sales de Sueca como la mejor actuación de rehabilitación edificatoria. ¿Ha sido su mayor reto profesional? 

Ha sido uno de los grandes retos. Recuerdo el día que subimos a ver cómo estaba la estructura tras realizar la demolición parcial. Pensé, ¿dónde me he metido? Pero después de esta experiencia, la más dificultosa o la que muestra todas las capacidades técnicas es la intervención que estamos realizando en la cúpula de las Escuelas Pías de València, que son 24,5 metros de luz y tenía graves grietas. Ese sí ha sido el mayor reto profesional. 

El arquitecto suecano Luis Cortés.

El arquitecto suecano Luis Cortés. / Perales Iborra

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¿Cuál fue el reto en Sueca? 

El reto era resolver un problema más grave de lo que se esperaba, dar una solución que fuera asequible para el promotor desde el punto de vista económico y cambiar la estética. No buscábamos hacer una intervención estrella, sino algo que a nivel patrimonial quedara bien en el entorno y sobre todo dentro del monumento. Cuando trabajas en el ámbito de la restauración, muchas veces, hay que intentar que tenga el mínimo impacto, no dejar huella, aquí teníamos que buscar una solución concreta a un problema muy concreto. Desde el punto de vista de la arquitectura en València ha sido un hito porque se ha instalado una cúpula nueva, y sobre todo, con esa textura y ese acabado. Era la primera vez que se hacía una sustitución así, con una cúpula de cobre, de color verde que está oxidado desde el primer día. Si de aquí 50 o 100 años se quiere poner otra cúpula, se retira el cobre, se vende y tienen medios económicos.

« La intervención en Sueca fue más complicada de lo que se esperaba, pero el mayor reto profesional son las Escuelas Pías de València»

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¿A mayor tamaño, mayor complejidad?

Todo, mayores problemas, mayor envergadura, mayores medios económicos y hay que estudiar mucho mejor la intervención para definir finalmente las verdaderas causas de los problemas del edificio. La cúpula de la iglesia de Nuestra Señora de Sales tiene 12 metros de luz, en las Escuelas Pías son 24,5, es una de las grandes cúpulas europeas. Son casi mil metros cuadrados de cubierta y es uno de los grandes hitos de la arquitectura valenciana del siglo XVIII. 

¿Qué representa para Vd. un reconocimiento como el concedido por el colegio por un trabajo realizado en su ciudad?

Varias cosas. La primera, estar orgulloso de haber hecho una obra en mi pueblo de esa envergadura, en una iglesia en la que mi tatarabuelo ya fue maestro de obras . Pero sobre todo porque (se emociona) es un reconocimiento que le pude dedicar a mi padre, que falleció. En mi se juntan dos líneas de profesionales del sector, la del maestro Vinyoles y la de la familia Cortés. En ésta soy la quinta generación de maestros de obra. Mi padre era aparejador, estaba muy preocupado por la cúpula, pero vivimos a 50 metros de la iglesia y, ya enfermo, venía a ver la obra. Estaba muy orgulloso y dedicarle el premio en el año que falleció era para mi todo un orgullo. Al maestro Vinyoles también se le ha hecho de alguna forma justicia. Él ya decía en 1898 que los problemas de la cúpula eran de cimentación, pero el arquitecto Joaquín Arnau quería hacer una cúpula nueva, que es la que teníamos, y se ha demostrado que no era la ideal para esta iglesia. 

« Las cúpulas necesitan un mantenimiento, pero muchas veces es muy complicado por la altura»

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Vd. ha trabajado en los últimos años en la restauración de las cúpulas de la ermita de Pintarrafes en Carlet y en las de Massamagrell o Benigànim. ¿Entra dentro de lo previsible la sucesión de cúpulas con problemas? 

Sí, porque las cúpulas necesitan un mantenimiento. En Carlet fue por una intervención previa un poco defectuosa y en Massamagrell porque cayó parcialmente. Todos los proyectos tienen un reto.

¿Se realiza un buen mantenimiento de estas construcciones?

Es muy complicado por la altura, por la falta de medios económicos y, muchas veces, porque los promotores primero arreglan la casa por dentro que por fuera. Falta mantenimiento, hay que montar un andamio, trabajar con medios de seguridad, y todas suelen tener mucho años. Muchas veces los problemas tienen su origen en el tipo de mortero, en el desconocimiento de los maestros de obra de los materiales que deben componer las cúpulas. También tiene mucho que ver la forma, cuando más peraltada es la cúpula las tejas están más en el aire y es otra cuestión que hay que tener en cuenta.

Como experto en restauración, ¿considera que el patrimonio histórico se valora lo suficiente?

Creo que no. Yo empecé de la mano de la Llum de les Imatges, un momento en que se invertía mucho en patrimonio religioso, hasta que se cortó esa inyección. Ahora venimos de una etapa en que han faltado medios económicos para intervenir en patrimonio. La diputación ofrece ayudas puntuales, la conselleria también, pero son cuantías no muy elevadas. Los ayuntamientos van muy limitados para intervenir en patrimonio y suelen ser intervenciones menores. Tiene que ser algo muy emblemático para apostar. El patrimonio no da votos, no es una crítica, pero no da absolutamente ningún voto y es uno de los problemas que tiene la sociedad.