Un agricultor de la Pobla lanza un novedoso método de injerto citrícola

Salvador Cuenca combina prácticas de injerto en plancha con otras del sistema en corona

Asegura que el árbol entra en producción en la mitad de tiempo

Trabajos de colocación de la púa y, a la derecha, la púa ya en el tronco.

Trabajos de colocación de la púa y, a la derecha, la púa ya en el tronco. / Salva Cuenca

Un agricultor de la Pobla Llarga ha desarrollado un nuevo tipo de injerto que combina aspectos de los métodos tradicionales, el injerto en plancha y en corona y que, según destaca, permite cambiar de variedad sin que el propietario del campo sufra una gran pérdida de cosecha, reduce a «prácticamente la mitad» el tiempo que el árbol necesita para voler a entrar en producción, además de facilitar el trabajo en cadena y, por tanto, de forma más eficiente, lo que se traduce en una reducción de costes.

Salvador Cuenca, con amplia experiencia en este sector, destaca que los resultados del que ha denominado como «injerto en púa» son evidentes en las diferentes experiencias que ha realizado, la más compleja en una plantación naranjos con 45 años de edad. «El propietario quería arrancarlo y le ofrecí probar la técnica. Se han cumplido cuatro años y los naranjos están supercargados de valencias», señala Cuenca, que asegura haber probado este sistema tanto en cítricos como en olivos y moreras. Considera que también puede ser aplicable a otros cultivos como el caqui. «La diferencia es que te tienes que acoplar a cada árbol», apostilla.

Trabajo previo de poda

La técnica que ha desarrollado Cuenca mantiene del sistema de injerto en plancha el trabajo de poda previo en busca de las mejores ramas, las más sanas que garanticen una fluida circulación de la savia, así como dar la forma al árbol desde abajo -también la colocación del injerto sobre las ramas-, mientras que del injerto en corona toma las púas «que son más fáciles de colocar, brotan con más facilidad y las incisiones para colocarlas son más pequeñas y, por tanto, menos traumáticas para el árbol», explica el agricultor de la Pobla.

El injerto en plancha consiste en abrir una especie de ventana en algunas ramas y aplicar piel de otros naranjos para generar nuevos brotes, mientras que en el caso del injerto en corona, técnica más reciente importada de Italia e Israel, explica Cuenca, consiste en cortar el tronco del árbol a un palmo del suelo para introducir «cinco o seis púas» de la nueva variedad.

Plástico adherente

Cuenca destaca la utilización del plástico adherente como el cambio más profundo en este proceso ya que, a diferencia de otros materiales que se han utilizado tradicionalmente, permite cubrir los injertos con mayor facilidad, en cualquier tipo de rama y garantiza tanto un mejor aislamiento como que la púa «se hidrate en cuestión de minutos con la misma savia del naranjo y, por tanto, coja con más mayor facilidad». Cuenca también ha patentado el diseño de una herramienta para realizar los cortes en el árbol de fácil manejo.

Una triple ventaja: poda menos traumática, se reduce el riesgo de infecciones y costes inferiores

Salva Cuenca Aleixandre destaca una triple ventaja del injerto en púa. Por un lado, «la poda en forma de tiro no es tan traumática para el árbol» al permitir que la savia discurra por las ramas seleccionadas; la menor dimensión de las incisiones reduce el riesgo de entrada de patógenos y, desde el punto de vista económico, permite reducir costes y combinar las dos cosechas en el árbol. P. Fandos Alzira

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