Los alcaldes de Bellreguard, Àlex Ruiz, y de Guardamar de la Safor, Rosana Seguí, firmaron ayer el convenio que permitirá construir un depósito regulador del agua potable junto al pozo que ambos municipios comparten en la ronda de les Marjals. Con ello, verá la luz un proyecto en el que ambos municipios llevan años trabajando y que va dirigido a garantizar para el futuro el abastecimiento y la calidad del agua.
El depósito se construirá junto a la actual perforación que, desde hace casi 15 años, abastece a la playa de Bellreguard y al pueblo y playa de Guardamar. La actual normativa obliga a dotar a los pozos de un depósito de estas características. En esa actuación se van a invertir 226.064. Bellreguard financia el 67,7% del coste y Guardamar el 32,3% restante.
La firma del convenio da luz verde a la materialización de esta obra «largamente esperada» que, en el caso de Bellreguard, «ha sido posible gracias a la remunicipalización del servicio de abastecimiento de agua potable», según explica el alcalde, Àlex Ruiz.
Ruiz añade que el nuevo depósito «permite profundizar en uno de los compromisos adquiridos cuando se municipalizó el servicio, que era ofrecer el mejor servicio posible de agua potable, dado que esta es una cuestión de salud pública».
El proyecto de construcción del depósito también es una muestra de la buena relación entre los dos pueblos, «y demuestra la importancia de mancomunar servicios, ya que esa relación de buena vecindad redunda en poder disponer de instalaciones dimensionadas a la realidad de ambos municipios para ofrecer unos servicios de calidad a nuestros vecinos y vecinas», agregó Ruiz.
Por su parte, la alcaldesa de Guardamar de la Safor, Rosana Seguí, destacó necesidad de emprender la construcción del depósito, dado que «el pozo no reunía las condiciones necesarias para garantizar el abastecimiento de agua de calidad en el futuro». Además, recalcó que esta infraestructura «permitirá a Guardamar ser autosuficiente en materia de disponibilidad de agua».
El futuro depósito
El depósito regulador está diseñado para 800 metros cúbicos, un volumen que supone una reserva de 12 horas de consumo en verano y de más de tres días en invierno. La construcción se prevé que dure cuatro meses.
La obra incluye un sistema de clorado automático y control permanente de la cloración, lo que permite asegurar la calidad del agua. Todos los parámetros de funcionamiento de la instalación estarán monitorizados con un sistema de telecontrol.
