Los paseos marítimos pagan la principal factura de la comarca

Es como si un huracán hubiese barrido por completo la franja litoral de la Safor, con todo lo que eso significa para las infraestructuras, las viviendas y los establecimientos existentes en una de las comarcas más turísticas de la Comunitat Valenciana. Un recorrido por estos paseos marítimos permite hacerse una idea del desastre causado y de lo mucho que tendrá que invertirse, desde ahora hasta el verano, para poder recuperar la normalidad. Alcaldes como el de Bellreguard, uno de los municipios más afectados, no dudaba en hablar de «desastre» a la hora de valorar la situación. Pero también infraestructuras como el Club Náutico de Gandia, restaurantes, locales comerciales y bloques de viviendas han quedado seriamente dañados en todas las playas.

Otra vez la cuenca del Serpis acumula las lluvias más intensas

Difícilmente falla que, ante temporales que llegan del noreste, como el ocurrido con la borrasca Gloria, la Safor no acumule las máximas precipitaciones. En eso comparte clima con las vecinas comarcas de la Marina Alta, la Vall d’Albaida, el Comtat, la Costera y la Ribera. Según datos de ayer, en un triángulo que se podría formar con vértices en las localidades de Villalonga (la Safor) Beniarrés (el Comtat) y Pinet (la Vall d’Albaida) es donde la lluvia ha sido más copiosa y, a veces, en un régimen de extrema torrencialidad. A modo de ejemplo, en Ròtova se llegaron a recoger 50 litros por metro cuadrado en un cuarto de hora. El pantano de Beniarrés acumuló, en un periodo de 24 horas, más de trescientos litros por metro cuadrado. Como lo que ocurrió en diciembre de 2016.

Cauces al límite con desprendimientos en los caminos y bancales

La subida del caudal, espectacular en el caso de la rambla de la Gallinera y de los ríos Vaca, Vernissa y Serpis, ha causado desprendimientos de márgenes en muchos lugares de la comarca, así como daños en caminos e infraestructuras agrarias. Desde la madrugada del domingo en toda la comarca se tuvieron que extremar las precauciones, si bien afortunadamente en ningún caso hubo que lamentar desbordamientos importantes, más allá de los propios ante lluvias tan intensas. Los ayuntamientos sí han mostrado ya su preocupación por cómo tendrán que afrontar los desperfectos, que en algunos casos afectan a carreteras y no solo a caminos rurales. En el campo, la naranja de la Safor sufrirá las consecuencias porque el viento ha tirado mucha fruta que estaba apta para la recolección.