Cáritas Gandia está atendiendo en estos momentos a 152 familias. De ellas, 93 no están percibiendo ningún ingreso ni prestación económica. 51 de estas familias han llegado a la entidad por primera vez a causa de la covid-19.

Ésta es la radiografía de la actualidad, generada por la crisis sanitaria del coronavirus, que ofrece una nueva realidad en Gandia, ya que las familias que se han visto afectadas por la covid-19 son "normalizadas" que disponían de escasos ahorros y que, al verse sometidos a un ERTE, y a la espera de ponerse al día de nuevo en el pago de la nómina o las rentas, no perciben ningún ingreso y necesitan una ayuda de emergencia.

En el caso de las familias que están percibiendo algún ingreso, el importe varía en función de si se trata de un ERTE, una pensión no contributiva o un subsidio, en cualquier caso, también necesitan ayuda de la entidad a través de: alimentos y bienes de primera necesidad o pago de suministros del hogar (alquiler o recibos de agua o luz).

Estos datos son generalizados al resto de la comarca y el conjunto del país en base a una investigación realizada por Cáritas Española que constata el hondo impacto social de la crisis del coronavirus en las personas que acompaña. Así pues, en la población atendida por Cáritas, la tasa de desempleo ha aumentado 20 puntos, ocho veces más que en el resto de trabajadores.

Bajo el título "La crisis de la covid-19. El primer impacto en las familias acompañadas por Cáritas", este informe constata que, una vez más, esta nueva crisis no está siendo igual para todos y son los más frágiles quienes ven cómo más rápidamente y más intensamente empeoran sus condiciones de vida, o, en la mayoría de los casos, se hunden, al perder el empleo y los exiguos ingresos disponibles. La paralización de una parte importante de la economía a causa del coronavirus ha provocado una rápida subida del desempleo.

La pobreza severa (menos de 370 euros para una persona y menos de 776 euros para dos adultos y dos menores de edad) se ha incrementado un 30%. Esta notable reducción de los ingresos provoca graves consecuencias añadidas en las familias, que se manifiesta en la imposibilidad de llevar una dieta adecuada (50%) o de comprar medicamentos (20%).

Desde Cáritas Gandia se teme un aumento de los casos de familias con necesidades en los próximos meses dado que algunas todavía disponen de ahorros, pero continúan sin empleo. Cuando estos ahorros se terminen, si no perciben todavía ninguna renta, aumentará el número de familias que recurrirá a la entidad para cubrir las necesidades más básicas de alimentación y alquiler y suministros del hogar.