Las carpas ya anuncian las Fallas en Tavernes

Todas las comisiones de la ciudad arrancan esta semana un mes de marzo lleno de actos hasta la llegada de los días grandes de la fiesta

Faltan trece días para el inicio oficial de las fallas pero en Tavernes de la Valldigna se cumple una tradición anual y no solo se viven a través de las actividades que se celebran cada fin de semana, sino que el vecindario ya convive con ellas. Todas las seis comisiones de la ciudad ya han hecho notar la cercanía de los días grandes de la fiesta con la «plantà» pero, en este caso, no de sus monumentos sino de las carpas que acogerán sus actividades durante esos días.

Es el síntoma más claro no solo de que la fiesta está a la vuelta de la esquina, sino de que los días que quedan hasta que, de forma oficial, arranquen los festejos, van a ser de mucha intensidad, tanto para el colectivo como para cualquier persona que quiera sumarse.

Durante este fin de semana todas las fallas han organizado actividades gastronómicas, como el concurso de Arròs al Forn tanto de Prado como de Passeig, que suma también el de «arnadí», o los de paellas tanto de Cambro, tras el cual actúa el grupo Eñe y la Portal, que también ofrece la actuación de La Tribu. Todo ello el sábado. El domingo la principal actividad es la Matinal Motera, de la falla La Via, tras la cual actúa el grupo Cabos Sueltos.

Tavernes es, habitualmente, el primer municipio de la comarca en el que se instalan las carpas (en Gandia no pueden hacerlo hasta el próximo día 11). Aunque durante estos días lo han hecho en la mayoría de las comisiones, en realidad la primera se montó ya la pasada semana. Fue la de la comisión La Dula, que ya celebró el fin de semana su concurso de macarrones y posterior verbena con la orquesta La Pato.

Entre el miércoles y el jueves se levantaron en el resto de demarcaciones: Portal, en la calle Major, Prado, en la plaza del mismo nombre, Passeig, en el paseo del País Valencià, Cambro en la calle Gabriel Hernández, y la Via en la plaza de Lepanto.

Aunque la presencia de estas instalaciones obliga a ciertas restricciones, las fallas se esfuerzan en molestar lo mínimo posible durante la semana, aunque en fin de semana se cierran al tráfico. Por eso, la mayoría de carpas permiten el paso de vehículos y también el estacionamiento, minimizando al máximo la molestia al vecindario y a los propietarios de garajes, y permitiendo que se aparque en su interior ya que quedan abiertas para tal fin.

Una imagen curiosa ayer y que demuestra esa convivencia positiva de las fallas con la ciudad y que también se suele dar todos los años, era la de la carpa de la falla Passeig llena de gente y de tenderetes con motivo del mercadillo tradicional de los jueves.