Identifican a "don Paco", el maestro fusilado en Paterna que volverá a Bellreguard

La consellera Pérez Garijo informa a la familia, que lo enterrará junto a su esposa. El hijo que le buscó durante años murió hace unos meses

Francisco Gregori Chulià

Francisco Gregori Chulià / Levante-EMV

Sergi Sapena

Los restos de Francisco Gregori Chulià, de Bellreguard, conocido como «don Paco» por ser maestro de escuela antes de la guerra civil, volverán en unas semanas a esta localidad de la Safor para ser depositados junto a la que fue su esposa, que descansa en el cementerio municipal. Ese fue el deseo de su familia, que ha visto cumplido su propósito.

Hace unos días, la consellera de Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, les trasladó la noticia. De todos los huesos extraídos de la Fosa 126 de Paterna se ha podido identificar a cuatro personas, y entre ellas está «don Paco». La identificación ha sido posible gracias a la labor de los expertos que han trabajado en un laboratorio de Barcelona a partir del ADN que se le tomó a su hijo, Vicent, quien durante años luchó para que su padre descansara en la misma tumba que su madre y que, lamentablemente, lo llegará a verlo porque falleció a finales del pasado enero.

El maestro fusilado tiene una hija, que vive en Francia desde hace años, por lo que las gestiones para su traslado y posterior entierro han quedado en manos de su nuera y sus nietos.

«Siento pena por el fallecimiento de Vicent, su hijo, que tanto interés puso en poder llevar a su padre de regreso a Bellreguard», ha señalado a este periódico Maria Navarro, presidenta de la asociación de familiares de la Fosa 126 de Paterna, a la que también fue arrojado su abuelo, fusilado el mismo día que «don Paco», la madrugada del 12 de septiembre de 1940, junto a otras 31 personas, en medio de la feroz represión franquista aplicada a quienes habían defendido la República Española, incluso aquellos que carecían de toda sospecha o acusación de haber cometido delitos.

Como recuerda otro maestro de escuela, Batiste Malonda, que hace unos años publicó junto a María del Carmen Agulló el libro Don Paco, un mestre de chicuelos i republicà, sobre la vida y muerte de Francisco Gregori, él nunca pensó que podía acabar ante un pelotón de fusilamiento.

Don Paco, nacido en Bellreguard en 1903, estudió magisterio por libre en València y obtuvo el título cuando tenía 25 años. Su primer destino fue un lejano pueblo de Burgos, Buñuelos del Rudón, en donde estuvo unos meses. De allí se trasladó a la Comunitat Valenciana y fue destinado a Tales, en la comarca de la Plana Baixa, donde, como recuerdan los testimonios de antiguos alumnos recogidos en el libro, fue querido y dejó una profunda huella.

La guerra civil lo sorprendió en edad militar y, al servicio del Ejército de la República, fue destinado al frente de Teruel con el grado de teniente de intendencia. Cuando las tropas rebeldes de Franco comenzaron a ganar territorio, Francisco Gregori se replegó a Alicante, y allí declinó el ofrecimiento para embarcar y salir de España. Nunca pasó por su mente el destino que le esperaba. Pese a que incluso en el juicio sumarísimo no se le pudo atribuir ningún delito de sangre, acabó fusilado por ser «autor moral» de hechos trágicos ocurridos en Bellreguard en los primeros días de la guerra civil.