Miramar digitaliza la gestión del agua para optimizar el consumo

Optimizar el consumo y disponer de una visión global del sistema para mantener la calidad. Con ese objetivo, el Ayuntamiento de Miramar va a invertir 812.000 euros en el proyecto de digitalización del sistema de gestión de agua potable del municipio. Parte del dinero proviene de una ayuda del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico en el marco de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE).

En concreto, el Gobierno destinará un total de 689.821 euros para hacer frente a este proyecto. El resto, 121.733 euros, saldrán de fondos municipales de Miramar.

El proyecto DigitAMED permitirá digitalizar las infraestructuras de captación del agua, monitorizar su calidad, conociendo la cantidad de cloro que contiene y también su turbidez. Además, también permite detectar las fugas en tiempo real con la instalación de 8 nuevos dispositivos de control de la presión para optimizar el consumo y evitar que se pierdan grandes cantidades de agua.

Por otra parte, se incluye una gran inversión en el alcantarillado. El ayuntamiento monitorizará el sistema de drenaje urbano y saneamiento para prevenir embalses en las tuberías, teniendo un mayor control sobre la necesidad dela limpieza o ampliación de la capacidad. Además, el control de la calidad del agua residual permite conocer el ph del agua residual para detectar virus.

"Con esta actuación finalizaremos la instalación de los contadores digitales en la playa, en total 1.800 nuevas unidades que se sumarán a las 300 ya renovadas”, destaca la alcaldesa del municipio, Pilar Peiró.

Con esta iniciativa, el Ayuntamiento de Miramar y Global Omnium pretenden "hacer frente a los retos que suponen estos hechos mediante el mayor conocimiento de los sistemas que proporcionará la digitalización de estos", indican desde el ayuntamiento.

Miramar, al igual que el resto de municipios que participan en el proyecto, tienen una población estacional considerable que llega a cuadriplicarse en los meses de julio y agosto y que, en debido a su situación geográfica, están interconectados entre sí y son extremadamente vulnerables a efectos climáticos adversos derivados del cambio climático, como las inundaciones urbanas provocadas por las tormentas o riesgos de desabastecimiento derivados de la sequía.