Todo lo que debes saber para evitar una intoxicación alimentaria en verano

Una intoxicación alimentaria es una enfermedad causada por el consumo de alimentos o bebidas contaminados con bacterias, virus, parásitos u otras toxinas. Estos microorganismos o sustancias tóxicas pueden afectar la salud y causar síntomas como náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre y malestar general.

Los datos de las intoxicaciones alimentarias

Pese a que la mayor parte de las intoxicaciones alimentarias se producen como consecuencia de comidas al aire libre, viajes a lugares exóticos, o el consumo de alimentos o bebidas en lugares insalubres, éstas se pueden dar en cualquier otro momento, y especialmente en verano por las altas temperaturas.

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Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta 600 millones de personas en todo el mundo (1 de cada 10 habitantes) contraen esta condición al año, de las cuales unas 420.000 terminan falleciendo. Por su parte, los niños menores de 5 años son los más desfavorecidos en este ámbito, ya que representan hasta el 40 % de los afectados y más del 25% de las defunciones.

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El verano y las intoxicaciones alimentarias

El verano es una época especialmene crítica, y es que durante los meses estivales es mucho más fácil contraer una intoxicación alimentaria porque las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos. Por este motivo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha elaborado un artículo en la que recoge una serie de recomendaciones a tener en cuenta para evitar una intoxicación alimentaria durante el verano.

Cómo cocinar los alimentos de origen animal

Los alimentos de origen animal pueden estar contaminados por microorganismos, pero éstos pueden ser destruidos por el calor. Para poder conseguirlo, la temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que este alcance un mínimo de 70°C al menos durante 2 minutos. Es posible guiarse por el cambio de color que se produce en el centro de la carne o del pescado.

El tratamiento de los alimentos

Por ejemplo, no se debe consumir leche cruda sin tratamiento térmico previo. Además, las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados. Si preparas ciertos alimentos en casa (platos a base de huevo crudo como mayonesas, salsas o cremas) debes consumirlos inmediatamente y no aprovechar las sobras y, de no consumir de inmediato, conservarlos en frío. El lavado de los huevos no está recomendado, pero si lavas los huevos antes de utilizarlos porque estén muy sucios, debes hacerlo inmediatamente antes de su uso.

Cómo conservar los alimentos

Los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente o las sobras que se quieran guardar, deben mantenerse bajo la acción del calor, por encima de 60 °C, o del frío, a 5 °C como máximo. Por otra parte, y con el fin de prevenir la anisakiasis, si vas a preparar en casa pescado crudo o poco cocinado, debes hacerlo después de haberlo mantenido congelado durante cinco días a una temperatura de -20 °C o inferior. Hay que tener en cuenta que esta temperatura solo se alcanza en frigoríficos de tres estrellas (***) o más. Por lo tanto, si tu frigorífico tiene menos de tres estrellas, compra el pescado ya congelado.

Adiós al trapo de cocina

Un alimento cocinado puede volver a contaminarse por entrar en contacto con los alimentos crudos o con objetos que anteriormente hayan contactado con un alimento crudo, como cuchillos, tablas, superficies o incluso con el trapo de la cocina. Es más, el trapo de cocina o la bayeta pueden ser un excelente vehículo de contaminación, por lo que es preferible usar papel de cocina.