Justo delante de la casa donde hace ahora cuatro años fueron acribillados cuatro miembros del clan de los Kung-Fu, en el barrio de l'Alquerieta de Alzira, se volvieron a escuchar ayer gritos desgarrados y se vivieron escenas de desesperación tras una reyerta multitudinaria entre dos familias en la que hubo varios disparos de escopeta. El móvil, en principio, el mismo que entonces: el intento de una de ellas de llevarse por la fuerza a una chica, una niña de 13 años, para casarla con un joven de su clan. El desenlace y los protagonistas, distintos.

Se trata en este caso de familias rumanas que nada tienen que ver con los Kung-Fu o los Mantequilla y, en esta ocasión, sólo ha habido dos heridos leves por el impacto de perdigones, mientras que en el hospital comarcal también se atendió a una tercera persona con un cuadro de ansiedad y una herida de arma blanca en la mano. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local realizaron un despliegue espectacular en el barrio y arrestaron a trece personas. Algunos testigos aseguran que rápidamente les vino a la memoria la matanza del 30 de marzo de 2006, juzgada y sentenciada esta misma semana, y temieron que sucediera "lo mismo o peor".

La reyerta comenzó minutos antes de las nueve de la mañana, cerca de un colegio, cuando un grupo numeroso de personas -hay quien habla de unas 25 entre hombres y mujeres y otros incluso elevan esa cifra-, todas de una misma familia, bajó desde la plaza Menéndez Pelayo armado con botellas de cristal, palos y piedras que lanzaron contra una vivienda situada en la calle Alonso de Ojeda, justo al lado de la casa de los Kung-Fu. En ella se encontraba, supuestamente, la niña, que en la tarde de ayer no había sido localizada. Aunque en principio se trataba de llevársela para cerrar su casamiento, fuentes policiales dijeron que el móvil "no está totalmente aclarado" y no se descarta que pretendieran la niña para dedicarla a cometer delitos.

Al parecer, la primera acometida tuvo como respuesta el lanzamiento de una maceta desde la casa y, tras retroceder hacia la plaza, hubo una segunda embestida. Un vecino de la calle comentó que la familia que ocupaba la casa salió tras este segundo asalto en busca de los agresores, lo que derivó en una reyerta multitudinaria que acabó en la plaza Menéndez Pelayo. Los testimonios recogidos por la policía llevan a concluir que hubo tres disparos de escopeta, aunque sólo se encontró un cartucho y el arma no ha aparecido, y que ésta la llevaba el grupo que inició la agresión. Además, la policía intervino un machete, un cuchillo y una pistola simulada.

Los vecinos del barrio denunciaron que hay muchas casas ocupadas de forma ilegal por inmigrantes rumanos y aseguraron "tener miedo". Las familias implicadas llevan al menos un par de años en el barrio, aunque negaron haber participado ni visto lo sucedido.