Ángel S. F., de 86 años, no pudo recoger ayer por la tarde a su nieto en el colegio. A escasos metros del centro, un vehículo atropelló al anciano cuando cruzaba la avenida Blasco Ibáñez de Valencia. Los intentos por reanimarlo resultaron inútiles. Su cuerpo sin vida yacía junto al bocadillo de la merienda que le llevaba a su nieto, y que nunca podría entregarle.

Por su parte, el conductor del coche paró de inmediato tras arrollar al octogenario y le realizó masajes cardíacos para ver si reaccionaba. El joven, de 25 años, reconocería posteriormente a los agentes que había consumido marihuana.

El trágico atropello se produjo a las 16.30 horas de ayer a la altura del número 182 de la avenida Blasco Ibáñez de Valencia. Al parecer, el anciano cruzó la calle por un lugar sin paso para peatones y el vehículo no pudo esquivarlo a tiempo, según explicaron fuentes conocedoras de lo ocurrido.

"Un taxi le ha pitado y al lado venía el otro coche, que no lo ha visto y se lo ha llevado por delante", relataba un testigo del suceso. "No venían muy fuertes, yo creo que ni ha podido frenar al verlo ya encima", apuntó este mismo testigo.

El anciano se golpeó contra el cristal delantero del vehículo, un Daewoo, en el lado del conductor. Debido al fuerte impacto el hombre sufrió un grave traumatismo craneal, posible causa de la muerte. "El conductor se ha bajado enseguida y se ha puesto a hacerle masajes cardíacos", explicaba Damián. "No paraba de gritar; "Oh, dios mío", "No, por favor"", añadió este testigo.

A las maniobras de reanimación se sumó una médico que estaba en las proximidades y que intentó estabilizar al herido hasta que llegara la ambulancia. Sin embargo, cuando el SAMU llegó al lugar de los hechos el octogenario había fallecido.

Conocidos y familiares de Ángel S. F. acudieron al lugar al enterarse de lo ocurrido, entre ellos la hija de éste. Precisamente, el hombre iba de camino al colegio que hay al cruzar la avenida para recoger a su nieto, como solía hacer casi todos los días, según añadieron las fuentes consultadas.

Agentes del grupo de Atestados de la Policía Local de Valencia inspeccionaron el lugar del atropello e inmovilizaron el vehículo implicado en el atropello. Asimismo, interrogaron al conductor, un joven de 25 años, y le realizaron la prueba de alcoholemia. Pese a que el resultado de dicha prueba fue negativo, el joven confesó voluntariamente a los agentes haber consumido marihuana, temiendo quizás que detectaran dicha sustancia en un examen posterior. Para comprobar si finalmente había consumido drogas, la policía lo trasladó al Hospital General de Valencia, donde le tomarían muestras de sangre, aclararon fuentes policiales.