Las investigaciones siguen apuntando a la colisión con un buitre como la causa del accidente que sufrió una avioneta el pasado sábado en Cuenca, en el que fallecieron los cuatro ocupantes de la aeronave, miembros de una misma familia de León -un constructor de 50 años, su esposa, de la misma edad, y sus dos hijas de 22 y 25 años-.

Según el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, el choque de un buitre contra una de las alas sigue siendo la principal hipótesis que manejan los investigadores, porque en el lugar del accidente se han encontrado restos de un ave de esta especie carroñera, una rapaz que puebla el entorno donde se produjo el accidente, cerca del pantano de La Toba, en la Serranía de Cuenca.

La avioneta, que el constructor utilizaba con mucha frecuencia para sus desplazamientos se estrelló poco antes de las 17.00 horas del sábado, pero la orografía del terreno impidió rescatarlos hasta 24 horas después.

El piloto de la aeronave era un conocido empresario de La Bañeza (León), Rogelio Fernández, quien junto a otros aficionados al vuelo impulsó la construcción del aeródromo del municipio de Pajares de los Oteros (León), estrenado el pasado 10 de octubre tras una inversión de 3,5 millones de euros.

Los cuatro habían viajado a Alicante en la avioneta para recoger un coche que habían comprado, y la intención era que el padre y una de las hijas regresasen a León en la aeronave y que la madre y la otra hija lo hiciesen en el automóvil, pero se encontraron con que la batería de éste no funcionaba, por lo que optaron por regresar todos juntos volando.