Beatriz Arroyo Hernáiz, de 29 años, era conocida por muchos vecinos de Port Saplaya al haber trabajado durante años como camarera en la cafetería que regentaban sus padres. «Estamos conmocionado, era una chica muy maja, todavía no nos lo podemos creer», se lamentaba Yolanda. Respecto a la relación sentimental que tenía con Viorel, quien se convirtió ayer en su verdugo, nadie supo indicar si la pareja atravesaba por problemas, ya que de puertas para dentro la joven llevaba una vida muy reservada.

No obstante, fuentes de su entorno sí que explicaron que Beatriz tenía intención de poner punto y final a la relación con Viorel, casi veinte años más mayor que ella. El asesino machista también había trabajado un tiempo como cocinero en la cafetería situada a pocos metros del domicilio donde se produjo el crimen.

Actualmente ninguno de los dos trabajaba ya allí ya que la familia de la víctima había traspasado el negocio hacía unos meses. Sus antiguos compañeros prefirieron no hacer declaraciones por respeto a su memoria.

Sobre Viorel los vecinos de la pareja, que llevaba viviendo en la finca poco tiempo, explicaron que nunca habían tenido problemas con él ni escucharon discusiones con Beatriz hasta este fin de semana. «Se ha vuelto loco, si no llega a venir la Guardia Civil vuela toda la finca», comentaba Elena.

El Ayuntamiento de Alboraia mostró su consternación por este crimen machista que se ha cobrado la vida de una de sus vecinas y convocó un pleno extraordinario de condena.