La hermana de la menor asesinada en Macastre ratifica la obsesión de su padre

La testigo, que apenas tenía once años cuando se produjo el crimen, recuerda la cámara oculta en una bota y las amenazas de muerte del principal sospechoso a un novio de Leidy Vanessa

La hermana de Leidy Vanessa con una pancarta en los juzgados de Requena exigiendo justicia.

La hermana de Leidy Vanessa con una pancarta en los juzgados de Requena exigiendo justicia. / I. Cabanes

Apenas tenía once años cuando su hermana Leidy Vanessa, de 17, desapareció sin dejar rastro el 2 de junio de 2008. Ambas habían quedado en la esquina del colegio, muy cerca del Instituto Benlliure de València donde iba Leidy, para irse juntas a comer a casa de una amiga de la familia al salir de clase. Su hermana nunca llegó. Su cadáver fue localizado, ya esqueletizado y con un fuerte traumatismo en la cabeza, enterrado en un recóndito paraje de Macastre tres meses después, el 20 de septiembre. Tras catorce años el crimen de la adolescente sigue sin resolverse.  

Para aportar algo de luz al caso, que ha estado archivado en un cajón durante seis años y medio y cuya investigación reactivó el Juzgado de Instrucción número tres de Requena este mismo verano, como informó en exclusiva Levante-EMV, la semana pasada se tomó declaración por vez primera a una de las hermanas pequeñas de Leidy Vanessa –en su momento era menor y los investigadores no lo creyeron oportuno–.

La joven, hija biológica del principal sospechoso del crimen, padrastro de Leidy, se enfrentaba a la difícil labor de declarar por unos hechos que se remontan a catorce años atrás y que podrían llevar a su padre ante la justicia. Pero Natalia no tuvo dudas y quiere colaborar en todo aquello que pueda o sea capaz de recordar para esclarecer el asesinato de su hermana mayor.

Su testimonio ante el juez instructor del caso vino a confirmar las manifestaciones de otros testigos e indicios que ya apuntaban a la presunta obsesión enfermiza que Omar A. P., de origen colombiano, sentía por Leidy Vanessa, hasta el punto de colocar una cámara oculta en su habitación para grabarla.

La joven indicó que dicha cámara estaba «bien guardada» y no era visible a simple vista, al estar colocada en una de las botas de su hermana dentro del armario empotrado y con la puerta entreabierta, enfocando a la cama. Asimismo, piensa que la colocó su padre «por descarte», ya que no la puso ni ella, ni su hermana, ni su madre. Además, esto se produjo después de que su hermana llevara a un novio a casa. Según recuerda, su padre le amenazó con matarle si la tocaba y durante el tiempo que duró la relación estuvo controlando a su hermana en todo momento, revisando sus llamadas, mensajes y horas de entrada y de salida.

Una relación «muy distante»

La relación de su hermana con Omar era «muy distante», aunque Leidy jamás le confesó los motivos de esta mala relación con su padre. «Era muy callada con sus cosas», apuntó al juez. Tampoco vio ningún gesto sexual de su padre hacia ella, ni malos tratos. A quien sí golpeaba era a su madre, según reconoció la joven.

Sobre el día de la desaparición, Natalia relató ante el juez que esa mañana las llevó en coche su padre desde Benaguasil a València. En el vehículo iba también Fabián, el otro sospechoso que permanecía en paradero desconocido y cuya localización, gracias a la insistencia de la madre de Leidy, ha permitido reabrir la causa.

A las cinco, tras finalizar las clases, tenía que ir a recogerlas a las dos a casa de Ángela, amiga de la familia. Cuando su padre llegó y vio que no estaba fue a buscarla por los locutorios y por la zona del instituto. Según recuerda, Omar estuvo buscando a su hijastra una media hora o 45 minutos, pero «miraba por encima» y estaba «como enfadado».

Sin darles explicación alguna ni a ella ni a su madre, el principal encausado huyó a Colombia quince días después. Posteriormente argumentó que tenía un cáncer de estómago y que el tratamiento era mejor allí que en España.

Natalia confiesa que ha hablado muchas veces a su padre sobre la desaparición de su hermana y que la respuesta de éste es siempre la misma, que «no tiene nada que ver» en su muerte.

Cinco investigados y catorce años esperando Justicia

En la causa abierta por el Juzgado de Instrucción número tres de Requena por el asesinato de Leidy Vanessa en 2008 han estado como investigados cinco personas, pero catorce años después del crimen ninguno de ellos ha sido llevado a juicio. Por un lado está el que las investigaciones del grupo de Homicidios de la Policía Nacional apuntan como presunto autor material del crimen, Omar P. M., padrastro de la víctima. También está el compañero de trabajo de éste, con el que estaba esa mañana, y dos vecinos de Macastre que presuntamente le ayudaron a enterrar el cadáver. Incluso también se investigó en su día a su madre.