Opinión | Al tall al tall

El contexto de Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / EP

El pasado 26 de abril Vicente Vallés recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Internacional de Valencia (VIU). Al inicio de su lección magistral echó mano de un análisis del periodista argentino Horacio Verbitsky: «El periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa porque siempre hay una noticia detrás de la voluntad de ocultación». A continuación, enmarcó la base del periodismo en la tarea ingente de salvaguardar el derecho democrático de los ciudadanos a conocer la verdad. ¿Cómo conseguirlo con la lucha encarnizada que vivimos, en ese fango que el presidente del Gobierno ha resuelto ponerle coto para salvarnos a partir de esa movilización social que, según él, el pasado fin de semana se produjo en toda España, por todas y cada una de sus calles y esquinas? Decía Vallés que sólo había una vía y es que la ciudadanía tenga, y de ello depende de la solidez de toda democracia, datos precisos puestos en su contexto para entender el por qué de los hechos. Sin contexto se imposibilita el análisis, la comprensión y la interpretación sobre los protagonistas que lideran la realidad política diaria. Vayamos al contexto, pues.

El 21 y 22 de marzo de 2023, Vox presentó una moción de censura al Gobierno con una tesis clara y nítida: la democracia estaba sufriendo, según los de Abascal, una denigración y un debilitamiento galopante por sus decisiones y pactos. La respuesta de Sánchez a Tamames fue clara: «España es una democracia plena porque lo que cuentan en estas cuestiones son los hechos más que nuestras ideas y preferencias. Estamos en el top de las democracias plenas». Estas palabras fueron dichas dentro de la campaña de acoso y derribo que está sufriendo, según las palabras del lunes, desde los últimos diez años. ¿No existían ya en marzo del 2023 los bulos, las cabeceras digitales despóticas y trumpistas? ¿Por qué antes sí vivíamos en una democracia plena y ahora está en peligro? ¿No pululaban en la fauna política los conjurados golpistas y derechistas? Si recurrimos al contexto, a lo que decía Sánchez, conviene hacer memoria de cómo en abril de 2013, tras la imputación de la infanta Cristina por la denuncia de los desalmados de Manos Limpias, el PSOE, de la mano de Elena Valenciano, aplaudían el éxito de las instituciones, y no le faltaba razón y Sánchez escribió en un tuit literalmente: «Sin duda el auto del juez Castro con la imputación de la infanta Cristina: documento para la historia». Acertaba de pleno porque en una democracia todos los ciudadanos son iguales ante la ley. Que una persona de la familia real se sentara en el banquillo para tomarle declaración es un éxito de la democracia. Sin embargo, desde el lunes eso se ha puesto en entredicho porque va a ser el poder quien va a determinar, se va al limpiar desde los criterios y dictados del poder para que, precisamente, no se investigue su acción de gobierno.

El jueves 25 de abril este periódico publicó un editorial histórico, esos que marcan un antes y un después porque ha sabido intuir lo que nos viene. Bajo el título «En todo caso, una irresponsabilidad», describía que la decisión tomada por Sánchez marcaba dos posibilidades: la primera, si estaba tocado por su situación familiar, por su mujer y sus dos hijas, totalmente humano y razonable, se medita en privado, como todo hijo de vecino, y se toma la decisión sin teatralización alguna; la segunda, la que se ha dado, y es la adhesión inquebrantable de su partido, de sus socios y de esa mayoría social de apenas 18.000 personas que salieron a la calle, pretende «secuestrar a sus propios seguidores para hacerlos cómplices de todas cuantas acusaciones puedan aparecer» en los próximos meses. Este movimiento se calificaba «más propia de regímenes cesaristas que de democracias avanzadas como la española», que así calificaba hace un año y que el lunes afirmó que llevaba diez años de persecución personal. ¿Entendemos ahora el contexto? ¿Se entiende ahora el desafío y el peligro en el que se nos ha instalado? Seguiremos informando y razonando, en su contexto, claro. No lo duden.