Un muerto y tres intoxicados por desviar a una garrafa los humos del calentador de gas

El fallecido, que trabajaba como taxista y tenía 45 años, cayó fulminado cuando estaba en el baño, la estancia más cercana al aparato manipulado

La Policía Nacional ha abierto una investigación y los afectados ya han recibido el alta hospitalaria

La salida de humos estaba conectada a una garrafa de agua vacía.

La salida de humos estaba conectada a una garrafa de agua vacía. / Abraham Pérez

Un taxista de nacionalidad española y origen paquistaní de 45 años perdió ayer la vida en un piso en el que residía junto a otros cinco compatriotas en el barrio de Orriols por la inhalación de monóxido de carbono desprendido por un calentador en el que habían manipulado la salida de gases tóxicos. 

Según ha podido comprobar Levante-EMV, alguien había insertado el tubo de recogida de gases de la combustión en una garrafa de agua, situada en el recibidor de la humilde vivienda, sita en el primer piso del número 83 de Padre Viñas, en lugar de conectarlo al exterior del inmueble.

Además de Ali Malik, que murió en el acto, resultaron intoxicados otros tres moradores del pequeño piso, que tuvieron que ser evacuados al hospital, aunque, por fortuna, se recuperaron en unas horas y a última hora de la tarde ya habían regresado a la vivienda. Otros dos residentes en el piso esquivaron la intoxicación, ya que no estaban en el domicilio en ese momento.

Uno de ellos se dio cuenta

La suerte hizo que uno de los que estaban en la casa se percatase de que algo pasaba. Eran las 8.15 horas cuando llamó a un amigo suyo, Ali, también paquistaní y vecino del barrio, pidiéndole ayuda para que avisase a la Policía, ya que él es el único que habla castellano con fluidez. Ali llamó al 112 a las 8.29 horas y, a y 47, le devolvieron la llamada. 

Ali, el amigo de los afectados que avisó al 112.

Ali, el amigo de los afectados que avisó al 112. / Germán Caballero

Para entonces, el hombre había allegado al piso y entre él y su amigo lograron forzar la apertura de la puerta del baño, que tuvieron que empujar con fuerza porque el cuerpo caído en el suelo de Malik, ya sin vida, impedía el acceso.

«Cuando me abrió mi amigo, había uno de los compañeros tumbado en la cama [inconsciente] y el otro, en el baño». Llevaba rato sin salir y sin dar señales de vida. Su cuerpo atrancaba la puerta «y nos costó abrir».

Las ventanas estaban cerradas

Minutos después llegaban las primeras patrullas de la Policía Nacional y de la Local, así como los medios sanitarios. Los médicos atendieron a los tres supervivientes y los evacuaron al hospital La Fe de València, donde permanecieron ingresados hasta cerca de las siete de la tarde.

«Les pusieron oxígeno e hidratación con suero», explica Ali. Tras comprobar con los análisis que los niveles de carboxihemoglobina se habían reducido por debajo del índice de toxicidad, les dieron el alta.

Los tres regresaron a la vivienda, «pero solo para recoger cosas. Nos vamos con familiares y amigos a otras casas porque nos da miedo dormir aquí por si quedan restos de veneno», explicaron a este diario instantes antes de salir de la vivienda. El dueño, primo de uno de los residentes en la casa y que vive en el Reino Unido, llegará esta tarde a València, para hacerse cargo de la casa y declarar ante la Policía Nacional.

¿Quién conectó el tubo?

En cuanto llegaron los primeros policías a la vivienda, abrieron todas las ventanas para ventilar de inmediato las estancias. Lo siguiente fue revisar la instalación en busca del origen de la intoxicación. No fue difícil localizarlo.

El calentador de gas butano estaba en la pared del recibidor. Pronto vieron que la entrada de gas era normal, ya que el tubo de goma estaba conectado a una bombona colocada debajo de una balda, pero el flexible de aluminio de la extracción de humos no estaba conectado a ninguna salida al exterior, como es necesario, para que la evacuación de los gases tóxicos producidos por la combustión no se acumulen en la vivienda.

Declararán ante la Policía

En lugar de ello, ese tubo había sido conectado a una garrafa de agua vacía, sellada con adhesivo, por lo que el monóxido y el resto de los gases se acumulaban en el interior de ese depósito y de ahí acababan inundando la casa y envenenando el aire, favorecido porque todas las ventanas estaban cerradas y no había ventilación.

Ninguno de los moradores supo explicar quién había realizado ese apaño ni cuándo, así que será la investigación de la Policía Nacional la que deberá determinar quién o quiénes son los responsables de la muerte de Ali Malik, que cayó fulminado cuando se aseaba en el cuarto de baño. Esa estancia es la más próxima a la garrafa a la que habían conectado la salida de humos del calentador, por lo que fue quien sufrió las peores consecuencias.

La Policía tomará declaración a partir de hoy tanto al dueño como a los cinco inquilinos del piso que han sobrevivido a esta nueva tragedia.

El cuerpo sin vida de Ali Malik fue trasladado al Instituto de Medicina Legal (IML) de València, donde el lunes se le practicará la autopsia.