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Heterodoxos y precursores

Heterodoxos y precursores

Periodistas que se convirtieron en escritores, nada marginales pero heterodoxos en su tiempo, a ambos lados del Atlántico anglosajón, sus artículos resultan ahora de una modernidad asombrosa. Un inglés del stablishment y un norteamericano de la Generación Perdida, que fustigaron con sus textos a la sociedad de las primeras décadas del siglo pasado. Ambos autores han sido publicados por Barlin Libros, una joven editorial valenciana que no se limita a editar volúmenes de exquisito diseño, obra de Irene Bofill, sino que muestra un dialéctico criterio al relacionar autores y épocas en su línea temática «Pensamiento al margen». Los citados, inéditos en castellano y traducidos por Alberto Haller, responsable de la editorial, son dos volúmenes luminosos de dos anglosajones adelantados a su tiempo.

El inglés es G.K Chesterton (Londres, 1874-1936) y su libro de artículos La Época Victoriana en la literatura. Repaso minucioso y ameno, de Dickens a Kipling, escrito con la afilada ironía del creador del Padre Brown.

Su contemporáneo, al otro lado del charco, el escritor norteamericano Sherwood Anderson,(Ohio, 1871-1941) y su libro La canción de las máquinas, publicado en 1931, se nos revela como un antecesor del pensamiento crítico y radical. En estos ensayos, a la manera de relatos novelados, Anderson cargó su afilada pluma contra la explotación de las fábricas, los abusos capitalistas y la robotización de la economía.

Anderson atacó la segunda revolución industrial con los mismos argumentos que en el presente siglo los sociólogos se echan las manos a la cabeza ante la cuarta revolución, la digital, que, como en los años 30, también quitará muchos puestos de trabajo.

Por su parte, Chesterton, conocido sobre todo por ser el creador de la serie policiaca del cura detective Padre Brown, sorprende en estos artículos sobre literatura victoriana por su lúcido análisis sobre sus protagonistas. Por su enfoque feminista y decidido sobre el esencial papel de las escritoras inglesas y su superioridad indiscutible sobre sus colegas varones. No descubre el Mediterráneo, pero había que recordarlo una vez más.

Para Chesterton, «la primera

gran verdad sobre la narrativa es que estuvo dominada por las mujeres desde la primera novela de Fanny Burney, hasta la última de May Sinclair».

Y así, las hermanas Brönte, George Eliot y Jane Austen, entre otras cumbres de la narrativa femenina del siglo xix, ocupan un papel destacado en estos ensayos. Chesterton, un estilista del lenguaje, un maestro del periodismo literario, no deja títere con cabeza, y utiliza la crítica para desmochar el stablishment. Y así, entre otras jugosas observaciones, reivindica la figura de la esposa del intocable poeta Robert Browning, Elizabeth Barrett Browning, «una de las más grandes poetas de la Época Victoriana, pero que vivió a la sombra de la fama de su marido». «Ella fue sin duda», escribe, «la más europea de todos los poetas ingleses de aquel momento. A su lado todos, incluso su marido, parecieron unos provincianos».

Sitúa además a Charlotte Brontë por encima de Thackeray, y con esas frescas observaciones, Chesterton se convierte en un feminista y defensor de la igualdad de género, avant la lettre. Y eso que con su barriga, sus impertinentes quevedianos y su aspecto bonachón, de recién salido del Club Pickwick, era un hombre conservador y religioso. Eso no le impidió demostrar su aguda visión del futuro.

Sherwood Anderson, en La canción de las máquinas, evidencia no solo una pluma revolucionaria sino visionaria, las desventajas de una modernidad destructora. La explotación obrera en las fábricas, la deshumanización de las cadenas de montaje, la marginación y abuso sobre las mujeres trabajadoras..., son artículos de una radical lucidez y conciencia social. Sus visiones prefiguran los problemas contemporáneos. Un escritor de la Generación Perdida, que fue mentor de William Faulkner, y cuya manera de enfocar la crítica social en sus artículos avanza las técnicas del Nuevo Periodismo de la segunda mitad del siglo xx. Un pionero del periodismo crítico que escribió: «Considero que los hombres modernos están perdiendo parte de su masculinidad al no atreverse a enfrentarse a las máquinas, o al menos a lo que significa la civilización en el capitalismo. Admito que no podemos prescindir de las máquinas, pero debemos alejarnos de ellas lo máximo posible». Algunas de las visiones de Anderson podrían ser útiles en plena cuarta revolución industrial, la robótica y digital.

La publicación de estos dos volúmenes ofrece frescura al panorama editorial indígena. Buscar en las obras de autores del pasado siglo signos de posmodernidad; visiones de escritores que, a su manera, fundamentaron el espíritu crítico y moderno del siglo anterior.

La publicación de estas dos obras atípicas, en la colección «Pensamiento al margen», ofrece al lector la posibilidad de descubrir facetas desconocidas de autores universales. Dos libros de inexcusable lectura; para periodistas en busca de estilo, y que llevan su alma de escritores guardada en el bolsillo.

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