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Alfarosiza: Ideas encontradas

Alfarosiza: Ideas encontradas

Los mundos formales del escultor valenciano Andreu Alfaro ((València, 1929 - Rocafort, 2012) y del arquitecto portugués Siza Vieira (Matosinhos, Portugal, 1933) se han encontrado en el Espai Alfaro de Godella de la mano de Fran Silvestre, un joven arquitecto estrechamente ligado a estas dos figuras de gran prestigio. Tal diálogo entre obras se ha resuelto en una exposición titulada AlfaroSiza. Ideas encontradas comisariada por Silvestre junto a Antonio Choupina y que puede visitarse hasta el 27 de octubre.

El inicio de este encuentro se produce al comprobar el arquitecto portugués las grandes similitudes entre el trabajo de ambos al ojear el catálogo razonado de Andreu Alfaro editado por el Institut Valencià d'Art Modern en 2005. Esto le provoca una mezcla entre fascinación y sorpresa en la que él mismo reflexiona sobre la gran coincidencia entre el trabajo y las motivaciones de ambos. Ante este afortunado hallazgo se planteó la posibilidad de poder relatar esa historia que aglutinaba dos disciplinas en principio diferentes como son la arquitectura y la escultura. Así pues, la cuestión que se planteaba al pensar en la exposición era cómo construir el relato de esa coincidencia. Es cierto que existían puntos en común en cuanto que Siza siempre manifestó que su gran vocación era la escultura y Alfaro que la suya era la arquitectura y eso se nota en sus respectivas producciones.

Sin embargo, hacer la comparación exclusivamente en uno de los dos campos sería dar mucha ventaja a uno de los dos. Es por ello que la exposición, dispuesta en un recorrido de carácter didáctico, se centra en el común denominador que son las ideas, la base sobre que pueden explicarse los paralelismos existentes. Siza se está dedicando a elaborar esculturas de pequeño o mediano formato ya que es un trabajo con resultados más inmediatos que el ejercicio de la arquitectura y a sus 84 años es consciente de que dispone de poco tiempo. Esto junto con su larga trayectoria dibujando ha servido para componer el relato de la muestra.

De entrada puede sorprender la paradoja de que dos autores que no tienen noticia uno del otro tengan tanto en común, incluso fuertes similitudes formales. Este misterio se empieza a desvelar en la serie de dibujos comparativos de trazo y temática similar como son caballos, músicos, desnudos, escenas de viajes y seres mitológicos. Detrás de ello se adivina la influencia de Picasso con un trazo más controlado y preciso en el caso de Alfaro, más espontáneo, especulativo en el caso de Siza provocándose una ambigüedad en cuanto a identificar la respectiva autoría. En las esculturas la sombra de Constantin Brancusi también se hace patente con la presencia de tótems resueltos en madera o piedra. Todo ello resulta lógico atendiendo a que son dos personajes coetáneos y, por consiguiente, han bebido de los movimientos artísticos más influyentes de su tiempo como son el cubismo y la abstracción.

A partir de la serie de los dibujos en la exposición se entrelazan como en un baile por parejas o en grupo de expresivas figuras a base de curvas, catenarias, rectas, pliegues, sustracciones volumétricas en donde, tomando como base temática todo esto, las similitudes se clasifican y explican de forma más evidente y directa.

Un ejercicio de miradas cruzadas dispone una serie de fotografías de edificaciones de Siza junto a esculturas de Alfaro sobre peana. Por ejemplo, vemos una imagen del Pabellón Nacional (1998) creado para la Expo en Lisboa por el arquitecto junto a la escultura de metacrilato Convergència de blaus i verds (1977). La pieza del artista, que posa su sombra sobre parte de la fotografía adyacente, mantiene los mismos ritmos que la arquitectura de Siza en ese concreto caso.

La visión global de la muestra que nos ofrecen sus comisarios se resume en la proximidad de estos dos mundos. Efectivamente plasmada en el título de la exposición como un juego de palabras bien hallado que combina fonéticamente los apellidos de estos dos grandes artistas. Es un ejercicio admirable que hay que agradecer, con un tema digno de ser tratado en una tesis doctoral que no decepcionará a los que la visiten. El entorno de acceso a la muestra acompaña con el añadido de las esculturas de Alfaro exteriores de gran envergadura, un lugar de referencia que vale la pena conocer.

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