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Profundidad versus superficie

Un rotundo ejercicio que contrapone la dureza de la materia y la inmaterialidad del pensamiento crítico.

Profundidad versus superficie

En su apuesta constante por vincular las obras de arte con el entorno próximo (ese Valencià de su nombre institucional) IVAM Produce presenta en su habitual Sala 6 el sorprendente (para muchos) y contundente proyecto expositivo de Lara Almarcegui (Zaragoza, 1972). Artista residente en Rotterdam, L. Almarcegui ha orientado con claridad su curiosidad investigadora y creativa hacia el territorio, había ese entorno físico con el que el ser humano ha mantenido tan longevas como problemáticas relaciones. Atrás parece haber quedado su interés por los espacios abandonados (esos terrains vagues tan caros a Solà Morales) y sus pertinentes reflexiones visuales con un cierto punto de romanticismo actualizado mediante buenas dosis de cuestionamiento crítico. Afloran así las derivas políticas que acompañan la evolución imparable de un desarrollo urbano plagado de contradicciones. Construcción y destrucción, dominio público e intereses privados, se plasman con complejidad en esa tensión que surge entre profundidad y superficialidad.

Las dos plantas unidas por una escalera se ajustan perfectamente al hilo conductor del que se ha tirado con tino y constancia para llegar, si no al ovillo, sí al planteamiento del conflicto. En la planta inferior, alrededor de 30 metros cúbicos -una pequeña montaña- de piedras de lava volcánica triturada provenientes de un volcán situado en Cofrentes. Una vuelta perimetral al irregular vertido confirmará que nada más podemos ver (aunque a buen seguro, nuestra mente se irá disparando entre sensaciones, preguntas y conjeturas sobre el sentido de lo que estamos viendo).

En la sala superior, una doble proyección de video (ajustada en un esquina, reforzando el juego de triángulos que definen el volumen cónico de abajo) ofrece al espectador valiosa información que ancla buena parte de las lecturas conceptuales implícitas en su quehacer poético. Fruto de una exhaustiva investigación, Almarcegui ha obtenido los derechos de exploración del volcán de Agra, paso previo que podría dar pie a la obtención de los derechos de explotación. Exploración/explotación: juego cacofónico que encierra en buena medida las paradojas implicadas por esta acción felizmente resuelta y planteada. Da mucho que pensar los temas oscuros que salen a la luz por el hecho de extraer unas pocas entrañas pétreas que destripan con crudeza el precio destructivo que hay que pagar para construir el hasta ahora llamado progreso. O las desviaciones económicas que sufre un bien de dominio público en manos privadas.

Una vez más, se hace palpable las profundas relaciones implícitas en los lenguajes artísticos que anudan inexorablemente materia y concepto, acción y discurso, ética y estética. Tras la observación atenta del vídeo y demás elementos dispuestos en la parte superior, la bajada de la escalera junto al montón de piedras inmóvil, hace que perciba un olor terroso que impregna silencioso todo lo visto. Nada más profundo que la piel (Paul Valéry). Preciosa imagen literaria que deviene dura literalidad. Que se lo digan a la corteza terrestre.

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