Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Singularidad estética

Un pequeño conjunto, único en España, de estampas derivadas de dibujos de Da Vinci

Singularidad estética

Programada en el contexto de la conmemoración de los 500 años de la muerte de Leonardo da Vinci, circunstancia que ha dado lugar a múltiples acontecimientos en todo el orbe dedicados a revisar la obra del genio que es emblema del Renacimiento, la segunda pinacoteca de España acoge una muestra que tanto ilustra una faceta clave de su mirada sobre la condición humana como lo es el estudio de rostros y cabezas y a la vez, es registro de su influencia como canon reproducido en el tiempo.

Provenientes de la Colección Mariano Moret, especializada desde hace tres décadas en grabado antiguo del siglo XVI y entre cuyos intereses figura la excepcionalidad temática en la que cabe este conjunto breve pero rotundo de aguafuertes, y aportación local al aniversario, estas piezas fueron realizadas por el conocido grabador checo Wenzel Hollar a partir de dibujos originales de Leonardo o de copias directas de alumnos como Francesco Melzi, ayudante, albacea y autor de gran parte de los dibujos más conocidos del renacentista una vez desaparecidos los originales. Documentada, la afición de Da Vinci por los rostros y las cabezas peculiares (su biógrafo Vasari constataría que era capaz de seguir por las calles a un sujeto cuya cara o cabeza le interesase) se manifiesta aquí con la múltiple precisión de un autor que del retrato hace caracterología y mensaje. Y de toda su obra gráfica un repertorio simbólico herencia para la multitud de saberes artísticos y científicos en los que profundizó.

Cabezas grotescas deformadas por la incerteza genética, las circunstancias existenciales o expresión de humores disidentes manifestados, estas piezas encarnan una mirada empática del artista florentino que si bien connota la calidad extravagante del retratado lo hace confiriéndole la dignidad del personaje, el estatus de modelo de atención, sin benevolencia pero sin la mordacidad que sí es recurso en su coetáneo El Bosco, el otro gran retratista de las pasiones ocultas y antesala de la caricatura negra. Más allá del estudio morfológico y de la clasificación humoral y del posible interés de Leonardo da Vinci por la Fisiognomía, es decir por la interpretación determinista de la apariencia humana, estos dibujos representan a cabalidad el pulso de su época volcada en resituar al hombre como centro de las propias preguntas del hombre. Y como tales bocetos o dibujos preliminares prestos a consumarse en el soporte pictórico, constituyen un ejercicio virtuoso sobre la alteridad según el principio de alternancia de perspectiva y conocimiento intersubjetivo, cuestión vital en un Leonardo obsesionado en descubrir en las bases funcionales de cuerpos, objetos, seres y energías la fisiología de la estética y con ello la mecánica de la vida como singular ideal de belleza; en lo otro, lo diferente, lo marginal o lo grotesco en este caso.

Compartir el artículo

stats