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Viñetas raras

Del road-cómic al birracómic

Las atractivas novedades de esta semana inauguran un nuevo género

Del road-cómic al birracómic

Con tan solo 19 años, Tille Walden debutaba en el cómic con una novela gráfica que atrajo rápidamente la atención de la crítica, The End of Summer. Una fábula moderna que recibió en 2016 el premio Ignatz al «talento más prometedo», en una profética declaración que se afirmaría a cada nueva obra de la joven autora. Apenas dos años más tarde, Piruetas (editada en España por La Cúpula) era laureada con el Premio Eisner, confirmando una trayectoria fulgurante que, lejos de estancarse, siguió progresando con la excelente aproximación a la ciencia-ficción de En un rayo de sol. Su última novela gráfica, Me estás escuchando (Ediciones La Cúpula) es un nuevo paso en esa evolución creciente, con un estilo y unas temáticas consolidadas que proporcionan a su obra una coherencia insólita. La amistad y el descubrimiento de la sexualidad, tratadas desde la visión autobiográfica en Piruetas, serán claves constantes en todas sus creaciones, que irán creciendo con su entronque dentro de unas ficciones donde es evidente su querencia por una fantasía que se desarrolla en el segundo plano, siempre un paso por detrás del desarrollo de sus personajes. Walden deja que las protagonistas de su última obra maduren durante la lectura de este road-cómic de aparente inspiración en Kerouac, dando la información justa en los diálogos para que sea la lectora, el lector, los que tengan que imaginar sus pasados, sus anteriores relaciones. Una hábil jugada por parte de la autora, que crea casi instantáneamente una relación de complicidad entre sus personajes y el lector, convertido en cocreador involuntario. Los silencios, de nuevo, devienen en instantes de calma para la reflexión, en momentos en los que obligatoriamente conectamos con esas miradas perdidas, esas palabras nunca pronunciadas que podemos imaginar. No hay urgencias en la narrativa de Walden: poco a poco, irá incluyendo elementos fantásticos que irán constituyéndose como paradójicos anclajes en la realidad, en un juego de ilusiones que nunca sabemos si es realidad o imaginación, del que solo tendrá veredicto el lector. Todo inmerso en una hermosa paleta de rosas, naranjas y azules que crea una atmósfera tan irreal como extrañamente tranquila, incluso en los pocos momentos de acción que se permite la obra; experimentando también con la disolución de la separación entre viñetas, que se fusionan creando ritmos propios a costa de la tradicional elipsis que marca un espacio en blanco que ahora se difumina. Una extraordinaria obra que confirma que, sin duda, Tillie Walden es ya una de las autoras más interesantes del panorama actual del cómic.

Las novedades de esta semana incluyen además dos obras bien diferentes en fondo y forma, pero que coinciden en su atractivo: Criaturas del Pantano (Diábolo Cómics) es una nueva antología de Craig Yoe de historias de terror de los años 50, en este caso protagonizadas por monstruos emergidos de pestilentes ciénagas o pútridas aguas. Auténticas delicias escalofriantes de la cultura popular que anteceden desde el underground hasta el camp, firmadas por autores tan reconocidos como Lou Cameron, Basil Wolverton o Harry Harrison. Por su parte, El murciélago sale por birra es una ágil iniciativa de Caramba Cómics, que recopila en papel la serie que Álvaro Ortiz publicó durante la cuarentena. Una divertidísima parodia de un famoso superhéroe con pinta murcielaguesca, llena de guiños a la realidad y la cultura popular más friki, en un mejunje arrebatador al que es difícil no entregarse completamente. Ya sea leído como recuerdo nostálgico del extraño periodo que vivimos o como vitriólica visión de la apabullante cultura transmedia dominante, la espontaneidad de esta creación diaria engancha desde su primera entrega, inaugurando un nuevo género: el birracómic.

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