Si en febrero alguien hubiera vaticinado lo que hoy vivimos, hubiéramos pensado que se trataba de ciencia ficción. Como en la película Contagio, pasó sin pena ni gloria por las salas de cine en 2011 por tratarse de un largometraje más que hablaba de un futuro distópico donde el parecido a la realidad era circunstancial. Hoy estamos inmersos en esa película y, a pocas semanas de llegar al final, nunca nada volverá a ser como antes.
Por eso, si en febrero Levante-EMV hubiera contactado con el sombrerero valenciano Betto García, nos habría contado los últimos diseños que preparaba en su estudio del Eixample de València para las distintas semanas de la moda que llegaban. Cuatro meses después, García vive una verdadera "reinvención" y colabora en la nueva normalidad con lo que mejor sabe hacer: diseñando.
Lejos de tocados, diademas y sombreros, que aprendió a hacer en Londres y que lucieron las royals británicas, Betto García ha lanzado una colección de fundas para mascarillas, Tapa19, un complemento que surge de las nuevas necesidades sociales. "Es la tapa que nos faltaba para disfrutar de los bares", explica. Además, lo vive como parte de un proceso creativo porque "es un momento de reinvención y de crear cosas nuevas, de enfrentarnos a un nuevo escenario".
De hecho, una vez superado el confinamiento fue cuando el diseñador detectó un nuevo nicho de mercado: ¿Dónde dejar la mascarilla cuando nos sentamos en la terraza de un bar? ¿En el bolso? ¿En los bolsillos? ¿Colgada del codo?. "Todo eran opciones contraproducentes", señala García, por lo que consideró útil crear una funda lavable y reutilizable para guardar la mascarilla, un accesorio que se quedará con nosotros mucho tiempo.
Además, García reflexiona acerca de esta nueva tendencia. "Los creativos nos enfrentamos siempre a cosas que ya estaban hechas y tratamos de reinventarlas, pero este nuevo escenario nos permite crear cosas nuevas", explica. "Nunca he sido de hacer cosas utilitarias, pero vi el mercado de las mascarillas muy saturado y que llevaba a la confusión por las distintas homologaciones", señala.
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Por ello se lanzó a las fundas de protección que diseña, cose y vende desde su estudio valenciano. Una opción que, además, apoya al comercio local ya que los proveedores son nacionales y de proximidad. Existen 8 modelos, es 100 % lavable y se puede doblar y llevar en el bolsillo o bien completarla con correa de piel para colgarla del cuello.
En el mismo diseño hay un bolsillo para poder guardar el hidrogel, el otro elemento indispensable para hacer frente a la covid-19. Se realizan por encargo y se hacen envíos a toda España.
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Los precios van desde los 24,90 euros de la funda simple hasta los 39 euros si se prefiere poner una correa de piel. La opción intermedia es la de 29 euros, donde la funda va con una anilla para poder colgarla en cualquier parte, como de la trabilla del pantalón.
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