Tanto en lo económico como en lo sanitario, la pandemia provocada por el coronavirus nos afecta a todos por igual. Pero en algunas ocasiones el trastorno va más allá y nos termina afectando en lo emocional, sobre todo cuando la situación nos impide llevar adelante los planes que se habían previsto para este 2020. Ese es el caso de la bodega La Viña, en la Font de la Figuera. La entidad (agrupada en la comercializadora agraria Anecoop) ha alcanzado este año sus primeros 75 años de vida, una efeméride que la entidad que preside José Fita tenía previsto celebrar por todo lo alto, aunque finalmente han tenido que ir descartando los eventos sociales pensados entorno al aniversario. José Agustín Martínez, gerente de la bodega, asegura que «nos hemos visto obligados a cancelar los actos de mayor calado social, y es una pena; pero seguimos trabajando en otras ideas para compartir esta celebración de nuestro 75 aniversario». La trayectoria de la Viña es una historia de éxito y superación. La entidad se constituyó en 1945, en plena postguerra, gracias al compromiso de un grupo de 38 agricultores, que aportaron a la entidad poco más de 47 hectáreas de cultivo. 75 años después la bodega procesa las cosechas de cientos de viticultores, que concentran alrededor de 3.000 hectáreas de viñedo.

Durante las dos últimas décadas la bodega ha crecido de manera exponencial en lo referente a la comercialización. Si en la campaña 2007/2008 se produjeron poco más de cuatro millones de botellas de vino, la cifra se ha multiplicado hasta situarse en más de 14 millones de botellas, cuyo destino es principalmente el mercado exterior, donde se distribuye alrededor del 75 % de la producción, principalmente en Rusia, Reino Unido, Alemania y China.

En el ámbito nacional, los vinos de La Viña han ido ganando prestigio añada tras añada, y hoy en día algunas marcas como Venta del Puerto, Icono o Escribanos son sinónimo de alta calidad y merecen las mejores consideraciones por parte de la crítica. Fuera de España, los reconocimientos también sitúan a la bodega como una de las grandes. Baste como ejemplo el último galardón recibido por la entidad, en este caso para el tinto La Cova Negra, un vino destinado a exportación que hace apenas unas semanas ha sido premiado con la Gran Medalla de Oro en el prestigioso Concurso Mundial de Bruselas.

Volviendo al 75 aniversario, la bodega sigue adelante con aquellas acciones que no implican contacto físico, como la edición de un vídeo en el que se repasa la historia de la entidad, la publicación de un libro que reúne sus hitos más destacados o el lanzamiento de un vino conmemorativo, un tinto realizado con mimo por el director técnico de la entidad, Jorge Caus, a partir de uvas de Garnacha Tintorera, que verá la luz a final de año. Con todo, José Agustín no pierde la esperanza y asegura que «en lo que queda de año, si hubiese un mínimo atisbo de volver a vivir con cierta normalidad, retomaríamos la idea de organizar ese gran evento que sirva para rendir el homenaje que merecen todos aquellos que han puesto de su parte para hacer tan grande esta entidad y que nos permita brindar juntos por el futuro de una bodega que es motor socio-económico de toda una comarca».