Llevan en la carretera desde abril, cuando emprendieron su gira en la plaza de toros de València, y «todavía no se ve el final», confiesa Àrtur Martínez, cantante de La Fúmiga. «La gira de presentación de este disco ha rozado la perfección. Hemos tenido mucho apoyo del público en los conciertos. Se ve una diferencia respecto a las actuaciones de hace algunos años, porque la gente se sabe este álbum de memoria», explica. Habla de ‘Fotosíntesi’, el disco que incluye colaboraciones con la valenciana Samantha, Suu o Jonatan Penalba. «Somos conscientes que el público nos ve como un grupo consolidado, con una solera que ni nosotros nos la creemos. No sé por qué, pero siempre hemos intentamos desmarcarnos de lo que es la dinámica del grupo maduro, grande y consolidado. Igual es por quitarnos presión de encima», confiesa.

La banda tocará este fin de semana en el festival Love to Rock, que se celebra en la Marina de València, y después actuarán en Nules, la Vall D’Uixó o Gandia. Esta gira es la más grande que han hecho hasta la fecha, ya que la anterior se truncó por culpa de la pandemia. Parece un salto muy grande para un grupo con dos discos en el mercado, pero lo cierto es que La Fúmiga lleva años en la carretera. Concretamente, una década, desde que fundaron la xaranga con el mismo nombre que les llevó por muchos pueblos de dentro y fuera de la C. Valenciana.

«La profesionalización de La Fúmiga viene de lejos porque hemos hecho una inversión económica considerable a nivel técnico o audiovisual. Este nivel de producción, en algún momento de la historia de La Fúmiga, ha estado muy por encima incluso de nuestras posibilidades», (ríe). Ejemplo de ello son tanto sus grabaciones como sus videoclips, algunos de los cuales desprenden un gran potencial estético marcado por lo kitsch. Se ve en ‘Havia de passar’. «Hemos preferido adelantarnos e invertir en elementos creativos. Es por ello que en este segundo disco estábamos preparados para hacer lo que se esperaba de nosotros».

Todos los integrantes de La Fúmiga se conocieron de niños en la Societat Musical d’Alzira, donde se iniciaron en la música. «Nuestra amistad siempre ha estado ligada a la música de calle, al mundo de las bandas y de las xarangas. El grupo solo ha hecho que reconvertir su esencia xaranguera. En general, traducimos la música xaranguera a la música sobre un escenario. Hay una diferencia muy grande entre un formato a otro, pero siempre hemos intentado mantener el espíritu de xaranga, que es lo que nos hace conectar más con la gente», explica Àrtur.

"Fumigar la música"

La xaranga La Fúmiga fue fundada por todos los integrantes del grupo hace 10 años. Su nombre hacía referencia al hecho de «fumigar con la música», aunque Àrtur reconoce que «no tiene un sentido real». «Lo elegimos sin pensar demasiado. De hecho, no nos imaginábamos que ese nombre acabaría formando parte de carteles de festivales de música». «En Alzira siempre pasa así, todos formamos parte de la banda, pero bien sea por generación o por amistad, acabas fundando una xaranga. Nosotros pretendíamos tocar en fiestas y saraus. Tocábamos versiones intrumentales, pero nuesta visión se fue ampliando más», narra Àrtur. La xaranga La Fúmiga solo duró dos años, ya que en el 2015 ya existía como una banda de escenario. Hasta 2019 no sacaron el primer disco, ‘Espremedors’, con colaboraciones junto a Zoo, El Diluvi, JazzWoman, Suu o Pupil·les. Aunque en 2018 lanzaron diversos singles. «Estábamos probando el estilo del grupo en el sector. Cuando grabamos el primer disco ya sabíamos que teníamos algún futuro dentro del público valenciano».

Cuando llegaron, se encontraron el sector de la música en valenciano sin sus referentes del siglo XXI, como la Gossa Sorda, Obrint Pas u Orxata Sound System, que se habían retirado ya de la música. «Llegamos durante el final de la Gossa. Éramos muy fans de toda esta gente. Los principios de la banda fueron muy especiales porque empezamos a compartir escenario con algunos de ellos, los mismos a los que perseguíamos por los pueblos del País Valencià».

Sin embargo, el cantante de La Fúmiga considera que a pesar de todo, el grupo siempre ha tenido una «carrera independiente» del mercado. «No sé si por el hecho de ser de Alzira, alejado geográficamente de València, pero siempre hemos hecho nuestro propio camino». La banda ha tocado desde su fundación en Cataluña, pero también en Madrid, algo que también han logrado otras bandas valencianas como Zoo. Próximamente darán el salto a las Islas Baleares.

Actualmente, los miembros de La Fúmiga compaginan su actividad como músicos con otra profesión. De hecho, en la banda hay profesores de instituto y de conservatorio, pero también funcionarios, productores y profesores de autoescuela. Àrtur, por ejemplo, es podólogo en Alzira y en València. «Nuestro sueño es que La Fúmiga siga su camino con las mismas personas, porque eso querrá decir que habremos logrado compaginar nuestra carrera como músicos con nuestra vida personal. Queremos relacionarnos con la música de una manera sana. Esto es algo creativo que hay que disfrutar, por eso no descartamos probar otros registros musicales».