Nuno esperará esta tarde a Aymen Abdennour en la Ciudad Deportiva de Paterna. Hablaron por teléfono antes de cerrar su llegada desde el Principado de Mónaco, pero hoy se viste de corto y tanto él como sus nuevos compañeros comprobarán a qué nivel físico está. La tarde del sábado, el nuevo central blanquinegro volvió a competir en el duelo con su selección ante Liberia, situación que no ocurría desde el 10 de mayo frente al Olympique de Marsella que no pudo acabar por lesión. Sus sensaciones son buenas, reconoce que ha entrenado al cien por cien sin problema, pero no participó en los partidos amistosos porque el técnico del AS Mónaco prefería trabajar automatismos tácticos con los futbolistas que iban a seguir. No disputar la Champions provocó una «desbandada» final. Abdennour eligió el Valencia CF sin que fuera la oferta económica más fuerte, pero la veía como la mejor solución.

Durante todo el tiempo que ha estado ausente, el central tunecino ha optado por el silencio y estar tranquilo. Sabía que acabaría recalando en un campeonato de primer nivel, en el que están las mejores figuras del planeta como son Messi o Cristiano Ronaldo, a los que deberá defender. Y también el zaguero central que más admira: Sergio Ramos. Hoy comienza su nueva aventura en La Liga.

Natural de Susa, ciudad situada en la costa este de Túnez de más de 200.000 habitaciones, Abdennour considera que es una de las «villas más bonitas del mundo». Recibió una buena educación en su infancia y en el el área de Erriadh, a dos pasos del estadio Olímpico, comenzó a jugar en el Etoile Deportivo de Sahel. Es uno de los más importantes del fútbol africano y aunque en él se practican otras disciplinas deportivas como el baloncesto, balonmano o voleibol, Aymen nunca dudó. Allí entró con sólo seis años y poco a poco fue creciendo hasta llegar a ser profesional con sólo 17 años. Curioso fue el momento en que el presidente del club firmó su primer contrato profesional. Tanto los entrenadores como el presidente del club tenían mucha fe en la proyección que tenía el defensa, con el paso de los años se ha confirmado. Y cuando sufrió una lesión muscular, el máximo mandatario del club exigió que se incorporara al primer equipo y firmó su primer contrato. Fue un acto para animarle personalmente, pero a los dos meses ya era una pieza fija en las alineaciones. Y comenzaron a llamarle «la excavadora», porque arrasaba por donde pasaba.

A pesar de que en las últimas semanas no jugó con el AS Mónaco, quienes le conocen aseguran que su nivel de compromiso siempre es máximo. Uno de los entrenadores que tuvo en su ciudad fue Mondher Kebaier, opina que «es un gran trabajador que se pone siempre sus objetivos elevados». El éxito en Túnez estuvo cerca de lograrlo en liga, pero sus actuaciones llamaron rápidamente la atención de varios clubes europeos. En enero de 2010 se fue al Werder Bremen y su fichaje levantó mucha expectación. Nada más llegar jugó, una situación que podría repetirse ahora en el Valencia CF. Lo debe decidir Nuno, pero el precedente en la Bundesliga no fue bueno, aunque también entraron otras variantes en juego. La afición le criticó duramente y ese comportamiento afectó al jugador. Con Naldo y Mertesacker en el cuadro germano, el técnico Thomas Schaaf le acabó colocando puntualmente en el lateral izquierdo. «Es una posición que no me gusta», apuntó el futbolista tunecino hace unos años.

Vio el recital del Guaje Villa

Si en el curso actual, el Valencia CF se cruzó en el camino de Abdennour por una plaza en la fase de grupos de la Champions, en 2010 fueron eliminados de la Europa League en un apretadísimo 4-4 en Bremen. Si hace unas semanas, el central no apareció en la convocatoria, el 18 de marzo de 2010 siguió el recital de David Villa „con un triplete„ desde el banquillo. Ese resultado, tras el empate a uno previo de Mestalla, permitió al cuadro blanquinegro acceder a la siguiente ronda.

Su periodo en Alemania con el Werder Bremen sólo duró seis meses, antes de regresar de nuevo a su país. Al principio las dificultades fueron mayores porque el idioma se convirtió en una barrera, pero el propio futbolista reconoció unos años después que en ese tiempo aprendió a hablar alemán y le vino bien: «Fue duro, pero tuve la oportunidad, a los 20 años, de jugar la Liga Europa y grandes partidos contra el Bayern de Munich». Cuando el fútbol comenzó a ser una profesión para Abdennour, uno de sus objetivos era competir en Europa, y ver cómo tras viajar a Alemania tenía que regresar pronto a casa, por su cabeza planearon muchas cosas. ¿Había fracasado? Seguramente lo llevó a pensar, pero rápidamente desactivó esa idea levantando la cabeza. Y le hizo más fuerte. Una opinión generalizada de sus compañeros le califica como un jugador «capaz de superar la presión». Es un futbolista muy regular y consideran que es un tipo directo y honesto, que va siempre de frente.

Uno de los entrenadores que le marcó fue Gernot Rohr. Alemán de nacimiento, fue su primer entrenador en el Etoile Deportivo de Sahel, y rápidamente conectaron. Cuando le destituyeron en mayo de 2009, Abdennour se empeñó en llevarle al aeropuerto. Le tenía un gran aprecio y no quería convertir su despedida en una más, buscó ser diferente y lo logró a pesar de que el tunecino tuvo que pegarse un madrugón. «Le dije que el vuelo era a las seis de la mañana. Pero a las tres de la mañana ya estaba él esperándome con su pequeño coche», aseguró años después el técnico Rohr, que marcó gran parte de la carrera del último fichaje del Valencia CF. De nuevo en el club que le formó, su nivel seguía siendo bastante superior al de sus compañeros y él, empeñado en triunfar en Europa, aceptó una propuesta para jugar en el Toulouse, que pagó 450.000 euros de traspaso. La historia en la «Ligue 1» francesa iba a ser distinta a su experiencia previa en la Bundesliga, impresionando desde el primer día. Daniel Congré, capitán del equipo galo en 2010, no ocultó que al verle entrenar se quedó «impresionado con su tamaño y su frescura física. Además, tiene mucho carisma». En Francia comenzaron a compararle con otro defensa central por su parecido físico y el corte de pelo, como era Alex, aunque sobre el césped eran más bien diferentes.

Ayuda a su familia

Poco a poco los salarios que percibía eran superiores y se ganó la vida, lo que le permitió mantener a la familia gracias al fútbol. El único «conflicto» que podía tener era cada vez que le visitaba su padre a Francia, puesto que le encantaba caminar y cuando el progenitor le pedía dar un paseo por la ciudad, él alegaba que siempre proponía ese plan en horario de descanso y trataba de convencerle de que saliera sólo porque ya conocía la ciudad. Rápidamente los dos se reían.

Abdennour se considera un jugador muy disciplinado. Admite relajarse tras los partidos, pero a partir del lunes o martes comienza a preparar fuerte el partido siguiente. En lo que él considera como su día «tipo», se levanta a las 8 horas y hace en casa 30 minutos de musculación antes de ir a entrenar. Generalmente prefiere quedarse a comer en la Ciudad Deportiva porque eso le permite tener una dieta más equilibrada. Le gusta mezclarse en el comedor con los chicos de la cantera, con los que se tiran unas risas, y luego suele hacer una siesta que puede durar entre de los 90 minutos a las tres horas. Sacrificarse es una de las claves para alcanzar el éxito, y él lo sigue a rajatabla hasta que llegan las vacaciones, momento que utiliza para divertirse.

En el Valencia CF, aunque no habla castellano, no va a tener en la comunicación a ningún problema, puesto que se desenvuelve bien con el inglés, entiende el alemán, y puede recurrir al francés o al árabe perfectamente. Junto a Mustafi serán los dos centrales más políglotas de la Liga. La dedicación y el sacrificio que se exige para ser mejor defensa lleva muchas horas de trabajo en la sombra. En Francia pedía los partidos para ver lo que hacía bien y mal, considerando que los grandes jugadores como Maldini o Zidane „a los que más resalta„ se forjaron a base de correcciones.

No sólo se ve a él mismo, también a otros centrales, entre los que destaca a Sergio Ramos por el compromiso que tiene y su excelente nivel técnico. Él sabe que debe mejorar en la concentración y otros técnicos, como Alain Casanova, ven que puede ser más fuerte «en el sentido de la anticipación y la lectura de algunas situaciones defensivas». Hoy sus nuevos compañeros le verán por primera vez para entrenar, y no sólo va a ser complicado superarle, porque como él dice, le gusta salir jugando desde atrás para superar la primera línea del rival? La «excavadora», como decían en Francia, ya está hoy en Valencia.