Halilovic cambió Zagreb por Gijón pasando por la Ciudad Condal. El croata llegó al Barcelona con la etiqueta de futbolista diferente. Un genio que esconde una zurda de oro y que ha logrado dar un salto de calidad importante con respecto a su año en Segunda División.

En el filial azulgrana se le notaba con cadenas. Halilovic protagonizó incluso algún enfado que le hizo madurar y producto de ese año en la segunda categoría logró superar las críticas de aquellos que le consideraban un futbolista endeble. En el Dinamo de Zagreb su fútbol no pasó desapercibido y los grandes de Europa fijaron los ojos en su estilo y en un desparpajo atípico para un adolescente que llegó a debutar en Champions League. Pegado a la banda derecha y con sólo 16 años empezó a dibujar esas diagonales que esta temporada han encandilado a El Molinón y lo más positivo para el futbolista es que su evolución no conoce límites.

De la mano de Abelardo, Halilovic ha madurado y se ha convertido en un futbolista más completo e incluso ha tenido la capacidad de echarse el equipo a la espalda en más de una ocasión. En esa sorprendente evolución es imprescindible hablar de su toma de decisiones. En el pasado, el croata llevaba la palabra precipitación adherida a la piel, mientras que ahora levanta la cabeza con mayor frecuencia e incluso dirige el ataque del Sporting con una facilidad sorprendente.

No todo son aspectos positivos en la evolución del jugador y es que todavía tiene un punto en el que necesita mejorar; la faceta goleadora. El jugador nacido en Dubrovnik sólo ha marcado dos tantos en la presente temporada en Liga a pesar de que ha disfrutado de buenas ocasiones para mejorar esos registros. La misión de Abelardo es intentar moldear a un jugador que en Croacia le llamaron «el pequeño Messi» y que curiosamente, como el argentino en sus inicios, tiene problemas cuando enfoca a la portería rival.

En cualquier caso, el internacional con el combinado balcánico desde los 16 años, ha demostrado que es un jugador de presente, pero en el horizonte le aguarda un futuro que se antoja lleno de éxito.