«Solo hay que verme la cara para saber lo feliz que estoy con este fichaje», aseguraba ayer, radiante, Ezequiel Garay, entusiasmado por haber cambiado «de los -20 grados» de San Petersburgo «a los 30» de ayer en Valencia. «El interés del Valencia venía de mucho tiempo atrás. Por motivos no se hizo. Gracias a Dios se hizo ahora. Estoy muy feliz y contento por estar aquí. Siempre fue mi prioridad venir al Valencia y espero ayudar mucho al equipo», añadía.

Una satisfacción que era compartida por Eliaquim Mangala. En un notable castellano, el central francés, de 25 años, afirmaba que en su decisión primó «el proyecto y la historia» del club, por encima de circunstancias como la ausencia del Valencia en la Liga de Campeones. «Yo quiero devolver al equipo a la zona de arriba. Es muy importante estar en un equipo que tiene ambición y aspiraciones», añadía Mangala, que aspira a relanzar su carrera en Mestalla. Sobre el jugador, a préstamo del City, existe una opción de compra, tal como reveló ayer García Pitarch.

Los dos jugadores tienen la misión de paliar la inseguridad defensiva que azota desde hace un año al Valencia y aseguran que ya están preparados para competir: «A nivel competitivo estoy muy bien, si el entrenador lo cree oportuno estará a disposición. "Estoy capacitado porque siempre me ha tocado jugar en equipos que debían ser protagonistas. Voy a trabajar para llevar al equipo donde se merece», indicó Garay.