El Valencia reaccionó en la segunda parte, con la entrada del Santi Mina más hambriento, y se clasifica para los cuartos de final de la Copa del Rey. El delantero gallego se alió con la banda derecha, magistralmente dirigida por Wass y por Ferran Torres, que le pusieron un centro cada uno de gol. La noche la coronó Ferran Torres con una jugada final llena de clase: el recorte con la derecha y el disparo colocado con efecto con la izquierda.

Y eso que el VCF fue un saco de nervios en la primera parte. Cometió 10 faltas por solo cuatro del Sporting, señal del estado de pánico en el que entró el equipo de Marcelino cuando recibió la ocasión de gol de Lod: el finlandés cabeceó completamente solo en el punto de penalti y el balón salió fuera por muy poco.

A partir de ahí, Mestalla expresó su malestar y el cuadro de Marcelino perdió la poca confianza con la que había entrado en el encuetro. Y no dio tres pases seguidos. Ni disparó a puerta en toda la primera parte.

Solo Parejo parecía mantener la calma, pero ni siquiera él pudo asegurar el pase en un contexto tan desnaturalizado. El juego se centró por la derecha, donde Ferran Torres falló un control al principio y Marcelino montó en cólera desde la banda. Los nervios del entrenador corrieron por el espinazo del equipo en este primer tiempo.

Marcelino hubo de recurrir a Santi Mina por un irrelevante Rodrigo. Y en la primera ocasión se vio algo diferente: el saque con la mano de Jaume a Ferran, la larga cabalgada de este y su magnífico centro combado al palo contrario, donde llegada Santi Mina con todo. Su remate con la rodilla lo sacó casi en la raya Cordero.

La segunda parte nació mucho más atractiva, con Ferrran Torres desatado por el extremo derecho con la ayuda de Wass. El centro combado del danés lo cabeceó Santi Mina cruzado a gol. «Esta es mi casa», estalló, lleno de rabia, el gallego tras marcar.

Kan In Lee entra en acción

La entrada de Carlos Soler en lugar de Coquelin le dio más empaque al centro del campo valencianista. El VCF jugó con la tranquilidad necesaria y Kang In Lee entró en acción con un par de recortes.

Por fin la fortuna se alió con un centro de Ferran Torres porque esta vez sí Santi Mina se adelantó a Noblejas y remachó el segundo gol. Fue un gol de delantero total, de rematador compulsivo. Con el aire a favor, Ferran Torres sacó ese enorme potencial que lleva dentro y que por circunstancias todavía no había podido mostrar. Y dejó escrito que va a ser un extremo para marcar una época.