La resaca que ha dejado la visita de 4.000 aficionados del Celtic de Glasgow a València con motivo del partido de la Liga Europa que su equipo disputó contra el Valencia CF ha sido mucho mayor de lo que se podía esperar en un principio.

Además de los nueve detenidos -7 de ellos en València y dos en Benidorm-, existen otras denuncias por altercados y desórdenes públicos y una, incluso, por acoso sexual, presentadas por los conductores de tres autobuses que debían emprender viaje de retorno a Benidorm para devolver a los hinchas a su lugar de residencia.

En uno de los casos, según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, la conductora del bus ha denunciado haber sido objeto de gestos y tocamientos obsecenos por parte de los seguidores. Otros dos chóferes también han denunciado a los escoceses por los altercados provocados por los hinchas, muchos de ellos ebrios, antes de emprender viaje.

En total, tres de los siete vehículos contratados no realizaron el viaje hacia Benidorm por este motivo.

Más incidencias

Algunos seguidores del Celtic de Glasgow pararon el tráfico en algunos puntos de la ciudad y rompieron botellas, además de orinar en la calle, tras el encuentro de la Liga Europa que su equipo y el Valencia disputaron en Mestalla.

Según explicaron fuentes policiales, los incidentes provocaron muchas llamadas telefónicas a la Policía para informar de lo ocurrido, pero una hora después del choque no había detenidos.

La mayoría de ellos se concentró tras el encuentro en la zona de la Gran Vía de Marqués del Turia, en la zona de la Plaza de la Reina y también en la calle San Vicente.

También según la Policía, el número de seguidores escoceses llegados a Valencia sin entrada fue de quinientos, a pesar de que se había especulado con que la cifra había sido muy superior.

Además, informaron de que el aficionado que antes del encuentro se cayó desde el puente de las Flores y que fue trasladado al hospital mantuvo una discusión con los sanitarios que le atendieron porque pretendía acudir al estadio a ver el encuentro y no ir al hospital.

Al final del partido, en las inmediaciones de Mestalla y junto al autobús del equipo escocés, permaneció un grupo de seguidores que alentaron a su equipo hasta que abandonó el estadio.