La Copa del Rey es sagrada para el Valencia. A José Bordalás le gusta la competición y al valencianismo todavía más. En el recuerdo de todos sigue aquella noche mágica del 25 de mayo de 2019 cuando el Valencia de Marcelino García Toral se impuso al Barcelona de Leo Messi en el Benito Villamarín. La Copa es históricamente una competición talismán para la entidad de Mestalla y ahora mismo, viendo los problemas deportivos el equipo en LaLiga, es el único camino para hacer algo importante esta temporada. El pueblo quiere la Copa. Bordalás y el equipo también.

La primera parada es Utrillas. Una localidad minera de Teruel de 2.900 habitantes cuyo orgullo es su CD Utrillas. El humilde equipo de Pitu Lerga, formado por ‘currantes’ y estudiantes, es el actual líder de la Regional Preferente aragonesa. Seis categorías separan a los dos equipos. Eliminar al Valencia es casi una utopía. La gran fuerza del equipo maño es el estadio de La Vega. El campo se ha adaptado a las exigencias de la RFEF y se ha vestido de gala (gradas supletorias y refuerzo en las torres de iluminación) para «el partido más importante de su vida». Anoche solo quedaban 300 entradas de las 2.500 entradas que se pusieron a la venta. Nadie en el pueblo se lo quiere perder. La prueba es que el ambulatorio de Utrillas se ha colapsado. El motivo es la avalancha de vecinos que han acudido para solicitar el certificado de vacunación Covid-19 o para hacerse con una PCR. El pueblo es consciente que está ante un acontecimiento histórico.

El ‘presi’ Pedro Antonio Asensio y el míster le dan un 1% de posibilidades de pasar al Utrillas, pero cosas más raras se han visto en el fútbol. El césped de última generación instalado hace año y medio justo antes de la pandemia no será excusa. Tampoco las dimensiones del campo: 100 x 63 metros. El principal hándicap será el frío. La predicción metereológica de Aemet es de 2 grados (sensación térmica de -4) a partir de las siete de la tarde. No hay previsión de nieve. Solo dan un 10% de probabilidad.

En lo estrictamente deportivo Bordalás echará mano de los jugadores menos habituales. El Valencia jugará con una nueva camiseta azul celeste sin escudo, pero con el nombre el equipo en el pecho, el año de fundación (1919) y el signo del infinito.