La cita es el martes 28 de diciembre en el Palau de la Generalitat Valenciana. El presidente del Valencia CF, Anil Murthy, acompañado de diferentes directores de áreas, presentará a Ximo Puig el proyecto definitivo para reanudar las obras del Nuevo Mestalla. El nuevo proyecto tiene tres fases, tanto desde el punto de vista de financiación como de obra. Murthy apuntó en la Junta de Accionistas que la intención del club es empezar "cuanto antes" las obras, si los "permisos" están a tiempo, en septiembre de 2022, sin embargo, a unos días vista de esta importante reunión, desde el Consell todavía esperan que presenten unas garantías económicas, prevista para antes de la reunión.

 El Valencia cifra en unos 120 millones la inversión necesaria para acabar las obras, 80 de esos 120 millones saldrán del acuerdo con CVC, mientras que los restantes 40 millones los quiere obtener de la venta de la parcela de Mestalla o vía préstamo bancario. El club, además, presentará también una tercera fase de construcción, con un incremento de la inversión, para poder ampliar y mejorar la instalación, aunque con el recinto ya en marcha tanto en su faceta deportiva como de ocio. Dichas mejoras, que en el proyecto ya se contemplan que se pueden realizar a posteriori de la inauguración del recinto, atienden por ejemplo a ampliación de aforo o mejoras en palcos.

"El nuevo campo tiene que ser un centro de entretenimiento 24 horas al día durante los 365 días al año, que se juegue al fútbol una vez cada dos semanas, pero que sea un centro de ingresos constantes para el club"; dijo Murthy en su discurso en la pasada Junta de Accionistas. Y es que la intención del club también es presentar al presidente del Consell cómo será explotación comercial del recinto.

La Generalitat Valenciana, por su parte, espera que la reunión sea productiva en cuanto a la constatación de hechos por parte del club. De las garantías que presente el Valencia, tanto de financiación como de ejecución de obra, depende que el proceso de nulidad de la ATE de Mestalla siga su curso o se paralice en los "90 días de gracia" que le dio el Consell al Valencia.