El presidente del Valencia Anil Murthy y el secretario técnico Miguel Ángel Corona se reunieron ayer por la mañana con José Bordalás en la ciudad deportiva en medio de las desavenencias surgidas a raíz del mercado de fichajes. La tensión entre la propiedad y el entrenador es máxima a dos semanas del cierre del mercado de invierno. El técnico está muy decepcionado por la política de fichajes que está siguiendo club hasta el punto que el pasado miércoles explotó en la reunión que mantuvieron las tres partes. Dos días después volvieron a verse las caras en Paterna. Eso sí, sin avances. El Valencia intenta recuperar el consenso roto con el entrenador, pero la realidad es que las diferencias continúan.

Bordalás acudirá hoy a sala de prensa. f.calabuig

El gran foco de conflicto entre el club y el entrenador es el central de Osasuna Aridane Hernández. Bordalás cree que el canario es la pieza perfecta porque reforzaría el centro de la defensa con rendimiento inmediato (experiencia y conocimiento de LaLiga) y porque entra dentro de las limitaciones económicas del Valencia. El club, sin embargo, le ha trasladado al entrenador que es un futbolista que no encaja en los parámetros deportivos que buscan. A la propiedad no le gusta su edad (32 años) y que el jugador pida un contrato por lo que resta de temporada más dos años. Meriton solo ha ofrecido una cesión con objetivos. El club también alega para descartar el fichaje sus problemas musculares en el sóleo que le han impedido competir desde el mes de septiembre.

El club sigue poniendo encima de la mesa el nombre de Álvaro González, un ofrecimiento que encaja al club por la facilidad que supondría cerrar la operación a través de una cesión y el pago de la mitad de la ficha, pero de momento no cuenta con el beneplácito del entrenador. No hay consenso.

Corona planteó en la reunión dos posibles alternativas al margen del central del Olympique de Marsella. Un central juega en la liga española y otro pertenece a una liga extranjera. El club quiere fichar jugadores con unas condiciones ventajosas a medio-largo plazo y eso está chocando directamente con las necesidades urgentes y a cortoplacistas del entrenador. La disparidad de criterios entre las dos partes a fecha de hoy parece insalvable.

Respecto al mediocentro, el club ha informado al entrenador de las dificultades que sigue planteando sacar a Wakaso de la Superliga China. Cada vez está mas complicado porque la operación supone ahora mismo un coste económico que no está dispuesto a pagar el club. El nombre del mediocentro de la Roma de 24 años, Diawara, en cambio, sigue encima de la mesa a proposición del club.

El Valencia también mantuvo en la reunión su postura firme de no dejar salir (de momento) a Daniel Wass. El entrenador no se fía del recambio del danés y, lo que es peor, sabe que si el Atlético de Madrid sube la oferta por encima de los 2 millones de euros el escenario puede cambiar a pocos días el cierre del mercado con el peligro que eso conllevaría. Los agentes del futbolistas no cierran las puertas del Wanda Metropolitano y confían en encontrar una «solución».

La conclusión de la reunión entre Bordalás, Anil y Corona es que sigue sin haber consenso. Lo que existe es un peligroso bloqueo del mercado para el Valencia. El club no está dispuesto a contentar al entrenados con sus peticiones. Al menos en los términos económicos en los que se han hablado. El problema es que el Valencia tampoco quiere acelerar las operaciones que ya tiene adelantadas (Álvaro González y Diawara) si no es con el visto bueno del entrenador. El club ha aprendido de los errores del último mercado de invierno y no quiere que se repitan los episodios de Ferro, Oliva y Cutrone. Hasta la propiedad ha comprendido que no tiene sentido firmar jugadores que luego no vayan a participar.