Ni el ambiente estival, demasiado empalagoso por las altas temperaturas de la capital valenciana, ni el horario vespertino, partido fijado a las19 horas, ayudaron en la entrada de la que se intuía como la revancha de la Final de Copa entre el Valencia CF y el Real Betis. Pero esta vez en casa, en València, en Mestalla, donde el equipo de José Bordalás se mostró, de nuevo, con una versión demasiado frágil y delicada, sobre todo, en la segunda parte, donde recibió una goleada de tres goles a cargo de Willian José, Sergio Canales, que hizo un partido de sombrerazo, y Borja Iglesias. El equipo acabó encogido como un garfio, sin ideas y con la necesidad angustiosa de ganar en su casa.

En los primeros 45 minutos, Valencia CF y Betis igualaron sin goles en el marcador en un encuentro sin ritmo ni intensidad, en el que el Betis, con más posesión, apenas llegó a la portería local y el Valencia CF, sin salida a la contra y con poco planteamiento, no creó apenas problemas. Solo un arañazo inicial, que fue un disparo lánguido en el minuto 4 de Hugo Duro, quien, al fin, ya jugaba como propiedad del Valencia CF con una felicidad estentórea que se clavaba directamente en su alma. Y que la derrota, claro, diluyó como un azucarillo.

En el inicio del segundo tiempo, el cambió de Uroš Račić por Jesús Santiago 'Yellu', juvenil de las filas inferiores del Valencia CF que debutó en el Estadio de la Cerámica antes de la Final de Copa, dio cierta frescura pero, en el minuto 57, el Betis se puso por delante de marcador. Willian José aprovechó una gran jugada de Sergio Canales dentro del área para, con su frialdad habitual y la precisión de un cirujano, colar la pelota entre los defensas valencianistas después de recortar sobradamente a Diakhaby.

El tanto en contra fue como un aguijonazo para el Valencia CF y reaccionó, con voluntad pero sin músculo, bajo la verticalidad de Ilaix Moriba y la batuta de Carlos Soler. Pero ni con la entrada desde el banquillo de Gonçalo Guedes en el minuto 63, en sustitución de Bryan Gil, pudo revertir la situación.

El premio al partido de Sergio Canales vino en el segundo gol en el minuto 88 que, tras una jugada que inició él mismo con un balón en profundidad, marcó con un zapatazo en la frontal del área. Una triangulación perfecta puso el broche de oro para el equipo de Manuel Pellegrini. Tras una pared con Miranda, Borja Iglesias definió en el 90. La pitada final de Mestalla fue el espejo justo del partido para los locales.