«Ojalá se anuncie pronto mi renovación». Eran las palabras de Hugo Guillamón a Levante-EMV el pasado 22 de septiembre desde la concentración de la selección española en Las Rozas. Y tan pronto. Doce días después su renovación ya es oficial. El de l’Eliana firmó ayer el nuevo contrato que le vinculará al Valencia por las próximas tres temporadas hasta el próximo 30 de junio de 2026. El club blinda al futbolista con una nueva cláusula de rescisión y un aumento salarial acorde a su nuevo rol en el equipo. El jugador acudió ayer a mediodía a las oficinas del club acompañado de sus agentes y de sus familiares para firmar y posar junto a Kim Koh y el secretario técnico Miguel Ángel Corona. El sueño de Guillamón sigue hasta 2026. Una excelente noticia para el jugador y para el Valencia.

Pactada en marzo, paralizada por Peter Lim semanas antes de la final de Copa, retomada en junio con el informe positivo de Gennaro Gattuso, pactada a finales de agosto con la intervención de la presidenta y firmada a principios de octubre. La renovación de Hugo ha sufrido muchos cambios de posturas y condiciones a lo largo de los últimos meses, pero lo que nunca ha cambiado es la firme voluntad del jugador de quedarse. La prioridad de Guillamón siempre fue renovar en el que considera «el club de mi vida». Hugo tiene claro que el Valencia es el mejor lugar para seguir creciendo. Siempre lo ha demostrado. El jugador tuvo paciencia con la propiedad a pesar de los contratiempos que surgieron en las negociaciones, rechazó todas las ofertas que tuvo encima de la mesa y ni siquiera el interés del Athletic Club le hizo cambiar de opinión.

El aval de Gattuso ha sido fundamental para cerrar la renovación. El club entiende su ampliación de contrato como estratégica. El ‘6’ está llamado a ser uno de los pilares del equipo durante los próximos años. A pesar de su juventud, su peso deportivo en el equipo es brutal. El jugador ha asumido la responsabilidad de dar un paso adelante sin Carlos Soler y a sus 22 años ya forma parte del núcleo de poder del vestuario. Contra el Girona en la primera jornada de LaLiga lució por primera vez el brazalete de capitán. Y no será la última. Hugo entró en la escuela con 6 años y acumula 77 partidos oficiales en el Valencia desde que debutó el pasado 22 de febrero de 2020 en San Sebastián: la ciudad donde nació. Debutó con Albert Celades, se consolidó con Javi Gracia a pesar de partir como último central y explotó de la mano José Bordalás como mediocentro ante las carencias de la plantilla. La absoluta ha llamado a su puerta. Suma tres internacionalidades y tiene opciones reales de entrar en la lista de Luis Enrique para el Mundial de Catar como cuarto central. El futuro es suyo.

Se impone su voluntad

La renovación de Hugo Guillamón no ha sido un camino de rosas. A lo largo de los meses ha habido muchas variables que han ido cambiando: dos acuerdos distintos, muchas reuniones entre los agentes y el club, cambios en la interlocución y hasta en el banquillo; pero una constante, la inquebrantable voluntad del futbolista de seguir vistiendo la camiseta que ha llevado puesta toda su vida, la del Valencia CF. El ‘6’ siempre ha querido llegar a un entendimiento con el club para quedarse, a pesar de que acababa contrato ha tenido paciencia para esperar al Valencia y con la ayuda de Gennaro Gattuso, clave con su confianza e insistencia, ha tenido el premio que merecía.

En el mes de marzo de este año, el Valencia y sus representantes llegaron a un primer entendimiento: cerraron un trato hasta el año 2026, solamente faltaba la firma para prolongar su estadía en Mestalla, pero Peter Lim tomó la decisión de paralizar la operación a unas semanas de la final de la Copa del Rey en La Cartuja. La renovación quedó en stand-by, su continuidad no estaba ni mucho menos descartada, pero sí se abría un nuevo escenario y las partes debían volver a sentarse en la misma mesa, porque ni con ese parón se le quitaron a Hugo las ganas de seguir jugando en Mestalla.

En verano se retomaron los contados, ya con Layhoon Chan metida en el día a día de la entidad y con Gattuso al frente de la nave. El italiano le brindó la confianza desde el primer día, consciente de que sus características le hacen el pivote ideal para su propuesta, y siempre ha dado la cara por él a nivel interno para conseguir que las conversaciones lleguen a buen puerto. Desde entonces, las conversaciones empiezan a acelerarse porque la voluntad de todos es que Hugo continúe como blanquinegro. A finales de agosto se alcanza un entendimiento y la renovación queda pactada, lista para resolver los últimos trámites y proceder a la firma del contrato.

En la primera jornada de LaLiga lució por primera vez el brazalete de capitán. Y no será la última. «Mestalla es mi casa. Espero que sea por muchos años y podamos lograr grandes cosas juntos. Continuar formando parte de este gran club siempre fue mi prioridad».