M. Vázquez, Valencia

Todo el patrimonio que una pareja de Manises ya fallecida dejó tras de sí ha servido ahora para que su hija done a la Mare de Déu un nuevo terno calificado de "maravilloso" por aquellos que ya lo han podido contemplar. El manto, el vestido y la túnica del niño, diseñados y bordados en Málaga, se encuentran en la Basílica desde el pasado día 2 y, pese a que la voluntad de los oferentes -un matrimonio que prefiere mantener el anonimato- era que sirviesen para vestir a la patrona "en el día de su festividad", finalmente no se podrá a llevar a cabo su deseo.

La Camarera Mayor de la Virgen explicó ayer que la imagen no desfilará en procesión con esta "obra de arte" para evitar que se manche, puesto que los pétalos de rosa que los valencianos arrojan a la figura de la patrona tiñen la tela al estar humedecidos. A cambio, el terno servirá para vestir a la Mare de Déu original el siguiente fin de semana, cuando se celebra el centenario de la Corte de Honor de las Camareras de la Virgen, así como en el besamanos. La imagen permanecerá engalanada con estos nuevos ropajes en su camarín "probablemente durante mucho tiempo", anunció la camarera mayor.

La simbología toma el manto

Los donantes han cuidado hasta el último detalle del terno -invirtieron tres años en investigar cuáles eran los mejores profesionales del ramo para encargarles el trabajo- y se esmeraron especialmente con el diseño, obra de Eloy Téllez, a quien tradujeron la salve a la patrona para ayudarle a comprender lo que deseaban que plasmara. Y lo consiguió.

En el nuevo vestuario de la Virgen se aprecian dragones alados, símbolo de Jaume I -el encargo se realizó en el octavo centenario del nacimiento del rey-, primer monarca cristiano de Valencia. Los alfabeguers, recipientes típicos de Manises, población de la que procedía el matrimonio fallecido en cuya memoria se entrega el terno, también están representados en el manto. Y las flores que salen de estas vasijas se identifican, a su vez, con todos los valencianos: la rosa, la azucena (ambas presentes en la salve virginal) y el azahar, agrupadas en palmeras y entrelazadas con naranjas y las iniciales de la pareja difunta.

También son visibles en el tejido racimos de uva que pretenden simbolizar la sangre de Cristo y a la Iglesia a través del misterio de la Eucaristía. Las perlas -todas de gran blancura, redondez y tamaño similar- están presentes asimismo en la pieza debido a que la Mare de Déu es comúnmente vitoreada por los fieles como Perla del Turia.

Y, como remate, el bordado del interior de cada una de las piezas que conforman el terno, forradas todas ellas en el mismo tejido de seda del exterior para evitar que cuando la imagen se encuentre en alto se vea el forro del manto, la túnica o el vestido del niño. En cada uno de los elementos aparecen los nombres de la pareja fallecida acompañada de las palabras In Memoriam.

Todo tiene su significado porque así lo han querido los oferentes, quienes ya han anunciado que, pese a su espléndida donación, vivirán la jornada de hoy como siempre: "En la calle, como cualquier otro devoto".