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La Comisión de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Valencia aprobó ayer el séptimo reconocimiento extrajudicial de obligaciones, lo que comúnmente se llaman facturas en los cajones, por un importe de 4.939.131 euros. De esta manera, el consistorio ha destinado este año al pago de facturas atrasadas más de 128 millones de euros, el doble de la cantidad destinada en todo el año pasado y tres veces más que en 2006. El trámite fue salvado con los votos del PP, ya que el PSPV se opuso. Según explicó el edil socialista Juan Ferrer, no es que estén en contra de pagar esas facturas, sino de la manera de hacerlo.

En la Comisión de Economía y Hacienda también se aprobó una modificación presupuestaria para tranferir más de un millón de euros a la partida de gastos postales, "bandera -explica Juan Ferrer- del plan de austeridad de la alcaldesa". La cifra inicial de 3,7 millones pasa a ser, pues, de 4,8, a lo que hay que sumar otros 477.000 euros de facturas sacadas de los cajones en lo que va de año. "Esto significa que el plan de austeridad sólo era humo y que Barberá nunca ha tenido la voluntad de reconocer la crisis de la ciudad ni de solucionar los problemas de los valencianos", dijo.