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Nunca el concurso de calles iluminadas se había excitado tanto. La última generación sólo había asistido, que no es poco, a la espectacularidad de Sueca-Literato Azorín y después miraba con agrado, pero poco más, el resto de los adornos luminosos mejor premiados. Antes, ni eso.

Pero el año 2010 será recordado por ser el año en el que, a la luz de las bombillas, se desataron las pasiones. A causa, todo sea dicho, de que dos comisiones se han unido a la pelea por el primer premio. Si se le añade la enorme casualidad de que todas forman una misma manzana, hay un efecto llamada para que cientos de miles de personas se acerquen por unas calles que, en cualquier otro momento del año, apenas se recuerdan por los comercios orientales.

Lo primero que hay que decir es que las tres comisiones (Sueca, Cuba-Literato Azorín y Cuba-Puerto Rico) han hecho una apuesta monumental. Para un atractivo que apenas genera dinero. En todo caso, de alguna casa patrocinadora. Pero por ver las luces no se paga entrada. Y si las comisiones la han hecho, las empresas lo mismo. En cualquier otro sitio habrían pasado unas minutas mucho mayores. Mariano (Cuba-Literato Azorín), De Cagna (Sueca-Literato Azorín) y Ximenez (Cuba-Puerto Rico) se lo han tomado como una cuestión personal.

No ha faltado la polémica y una dosis de guerra sucia durante los días previos. Cruces de declaraciones y adhesiones, sobre todo entre las dos fallas de la calle Literato Azorín. Cuba-Puerto Rico se ha mantenido, en ese sentido, en un segundo plano, yendo a la suya y sin poner el grito en el cielo cuando, de un día para otro, les obligaron a cambiar de ubicación su portada. Y esto hace prever que el resultado del veredicto será caliente. Pero eso ya no importará demasiado a aquellos que, por el mismo precio de viaje, pisarán Russafa iluminados.

El jurado valora cantidad y calidad y no se debe dejar "calentar la oreja"

Con la competencia existente, y después del cruce de reproches de los últimos días, el jurado de calles iluminadas pasa a estar en el ojo del huracán. Y también la Junta Central Fallera, cuyo secretario general, Vicente Fayos, es el responsable de que a los calificadores no se les vea plumero alguno.

¿Qué conceptos se califican en una calle iluminada?. Cuestiones de cantidad y calidad. El número de guirnaldas y de puntos de luz. Es importante la portada, pero no sirve de mucho si no va acompañada de una serie importante de arcos. Cuentan los efectos artísticos: el ballet de movimientos. También es importante la originalidad de los adornos y, en definitiva, la impresión general del conjunto. La capacidad para dejar con la boca abierta al visitante.

El jurado se conocerá hoy. Desde el ayuntamiento se aseguraba que eran personas poco vistas en este concurso. Si son gente conocida pasa lo mismo que en el concurso de fallas: es fácil deducir quien puede partir con puntos de ventaja.

Un jurado que se precie no debe hacer valoraciones en la calle ni dejarse acompañar por los presidentes para venderles la "moto" ni hablar mal de las competidoras.