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San Vicente Ferrer no sólo se ocupó de crear un colegio para niños desvalidos -el Colegio Imperial de Niños Huérfanos San Vicente Ferrer-, sino que fue un "precursor de la igualdad de sexos al enseñar a leer y escribir a las niñas, en pleno siglo XV". La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá no paró de elogiar al santo valenciano en la inauguración de la estatua que el Colegio Imperial de Niños Huérfanos San Vicente Ferrer ha erigido en honor al fundador, con motivo del 600 aniversario de la creación del colegio. Y es que por este centro educativo han pasado más de 30.000 niños valencianos.

La escultura mide 1,70 metros, pesa 750 kilos y se encuentra en el mismo emplazamiento donde se alzaba la antigua sede del colegio, hasta que en el año 1968 se derrumbó, lo que motivó su traslado a San Antonio de Benagéber, su actual ubicación.

Actualmente, en el colegio cursan sus estudios 240 escolares, mientras que otros 96 niños y jóvenes -que han perdido a los dos progenitores o a uno de ellos, o pertenecen a familias monoparentales- viven en el internado del centro educativo.