El juez que instruye el saqueo de la depuradora de Pinedo reveló ayer nuevas facturas poco habituales en una empresa pública de tratamiento de aguas. El magistrado que instruye la causa preguntó al exgerente de Emarsa, Esteban Cuesta, por el destino de 66 entradas "Global Premium" para el Open de Tenis de Valencia de 2009 valoradas en 350 euros cada una. Además, también inquirió sobre otras 21, esta vez para el palco VIP del Gran Premio de Fórmula 1 de 2008, que costaron 39.280 euros.

Estas entradas, que tienen un coste superior a los 62.000 euros en dos años, fueron adquiridas por Viajes Benimàmet, una subcontrata habitual de la depuradora y la que contrataba todos los viajes que se realizaban abonados por la empresa pública. Cuesta aseguró no saber nada sobre estos tiques y al ser preguntado sobre si es cierto que le indicase al administrador de esta entidad que confeccionara facturas para que las entradas a los grandes eventos aparecieran como gastos de alojamiento o de desplazamiento contestó que "no".

Nuevo imputado, y van 16

Por su parte, el juez acordó ayer imputar a Antonio Arnal, hermano de Enrique Arnal, exdirector financiero de Emarsa -también imputado-, para que explique el cobro de 188.358,98 euros en cursos supuestamente impartidos entre 2005 y 2009, según consta en un auto facilitado por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). Antonio Arnal también fue uno de los empresarios que viajó a Rumanía a costa de la depuradora de Pinedo.

De esta manera, el magistrado ha estimado la petición formulada por el ministerio fiscal y por la acusación particular de citar como imputado a Antonio Arnal, administrador único de la mercantil Arrima Centre d'Estudis, SL, desde el año 2006, para que explique los cursos impartidos a miembros de Emarsa durante varios ejercicios.

Según declaró Antonio Arnal al juzgado, en fecha 26 de octubre, Arrima ya trabajaba con Emarsa desde 2001, y en 2004 quiso continuar las relaciones entre ambas entidades ya que no había impartido ningún curso ese año. Entonces, su hermano Enrique, a la sazón de director financiero, le presentó al exgerente, Esteban Cuesta, para que hablaran.

Tras ello, en enero de 2005, Cuesta firmó un contrato con Juan Manuel -administrador de Arrima-, por el que le encargaba a esta entidad la gestión e impartición de los cursos de formación continua que en cada ejercicio se establecieran prioritarios para sus empleados.

El juez indica que si las circunstancias que rodean la contratación de Arrima por Emarsa "llaman la atención", resulta "igualmente llamativo" el tipo y número de cursos supuestamente impartidos a los empleados de una empresa "cuya actividad es la explotación de la estación depuradora de aguas ubicada en Pinedo", puntualiza. Así, entiende que existen indicios de que estos cursos no se impartieron.

Asimismo al magistrado le constan dos viajes de Arnal a Bucarest. El primero de ellos fue con su hermano Enrique, abonado con fondos de Emarsa, respecto del que el exgerente de la entidad no supo dar razón porque desconocía que el recién imputado lo hubiera realizado. En el otro acudió junto a otros empresarios. Sobre las facturas de esta firma, Cuesta dijo ayer que su firma estaba falsificada.