«No hay dinero». Ése es el argumento que utilizó ayer el equipo de gobierno para tumbar las propuestas que lanzaron ayer PSPV y EU en la comisión de Medio Ambiente para atajar la contaminación lumínica y reducir el gasto en alumbrado público. La oposición planteó sin éxito llevar a cabo una auditoría energética de las instalaciones municipales de alumbrado público para determinar dónde se puede ahorrar. Una inversión mínima que quedaría compensada con el ahorro que supondría desconectar farolas innecesarias.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, puso en marcha en 2010 una medida con coste cero para reducir el gasto en alumbrado que consistía en apagar la mitad de las farolas de la ciudad. La medida, sin embargo, sólo duró unos meses y las luminarias se fueron encendiendo a medida que se se instalaron los reductores de flujo.

«Es necesario valorar cuáles son las necesidades para acabar con la contaminación lumínica y hacer un uso racional de los recursos que tenemos», declaró la concejal de EU Rosa Albert. «Es intolerable» que el PP rechace hacer una auditoría «porque no tiene dinero cuando durante años ha realizado un sobreconsumo que ha supuesto un elevado derroche energético», remachó Rosa Albert.

Como se ha publicado y quedó en evidencia en un reciente congreso de astronomía celebrado en Valencia, la ciudad es paradigma de la contaminación lumínica y el exceso en farolas. El recibo de la luz en el ayuntamiento ascendió en 2010 a 25 millones de euros.

La concejala socialista Isabel Dolz sugirió ayer pedir una subvención a la Agencia Valenciana de Energía a lo que el equipo de gobierno se comprometió «si el año próximo hay dinero».

EU anunció ayer que insistirán para que el ayuntamiento apruebe «un proyecto de ahorro energético de aplicación municipal».