Una veintena de gatos han muerto envenenados, dieciséis sólo en la última semana, en distintos puntos de la ciudad. Los encargados de las colonias felinas comienzan a preocuparse más de la cuenta por estos sucesos. A los ocho gatos muertos en las calles Burguerins y Taula de Canvis, en el barrio del Mercat, de los que informaba Levante-EMV en la edición de ayer se suman hoy otros diez, ocho de ellos en la plaza dels Porxets. Otro fallecía en el tejado del Círculo de Bellas Artes y otro en el entorno del cuartel de San Juan de la Ribera, en la Alameda. Durante la tarde de ayer los voluntarios fueron alertados de otro animal que tenía convulsiones, pero finalmente el caso fue descartado.

Los encargados de las colonias felinas colaborarán con la Policía Local para dar caza a los perpetradores de estas muertes. Como los gatos fallecidos se encuentran en distintos puntos de la ciudad „aunque diecisiete de ellos han muerto en Ciutat Vella„, los voluntarios descartan que se trate de algún tipo de envenenamiento ambiental o por haber comido algún alumento en mal estado y se inclinan más por pensar que detrás de las muertes puede estar «una persona o un grupo que quieren acabar por su cuenta con el problema de los gatos», explican fuentes de los encargados de las colonias felinas. Si los gatos causan problemas a los vecinos, recuerdan desde las colonias, hay que ponerse en contacto con el ayuntamiento para que intervenga la protectora de animales, Modepran, y no «tomarse la justicia por su mano».

Precisamente en el refugio de Benimàmet se encuentra Ibra, el único gato, junto a su madre que aún no ha podido ser capturada y esterilizada, superviviente de lo que los voluntarios llaman «la masacre de Burguerins», donde el pasado día 8 de noviembre murieron cinco gatos. Desde Modepran, por su parte, lamentan que se den este tipo de sucesos e insistieron en la «necesidad de concienciar a la gente de que hay que cuidar a todos los animales, incluidos a los gatos callejeros».

Estas muertes no son el único suceso luctuoso que ha ocurrido en los últimos días en las calles de Valencia relacionado con los animales. En la noche del miércoles al jueves, voluntarios de las colonias felinas del puerto fueron alertados por la Policía Local al hallar los agentes restos de lo que parecía un ritual de santería en la escollera, junto al mar. Se trata de una colonia donde, según los voluntarios, hay gran cantidad de gatos negros. Desplazados hasta el lugar, los amantes de los animales pudieron comprobar que en las tres bolsas de desperdicios que la policía había llenado no había restos de gatos muertos, pero sí de gallinas o patos. La Policía Local limpió la zona y retiró cualquier rastro del ritual. No se trata de un acontecimiento aislado. Según varias fuentes, cada año se dan en Valencia entre 3 y 4 rituales de este tipo, que incluyen sacrificios de animales. Son más frecuentes en torno a noches como Halloween o Sant Joan. Tanto es así que los refugios de la ciudad no dan gatos blancos o negros alrededor de estas fechas, para evitar que sean usados en rituales de supuesta magia negra o santería.

Estas demostraciones, que se dan en sitios como el entorno de al plaza de toros, parques o edificios abandonados como la antigua cárcel modelo, «ponen los pelos de punta» de los voluntarios que acuden al lugar para recoger los restos de los animales, según explicaron ayer. En el caso del ritual del pasado miércoles, al ser una zona muy visible, cuando fueron requeridos por la Policía Local ya se había limpiado la mayoría de los desperdicios y los restos de animales habían sido recogidos hasta en tres bolsas de basura.