El Trinquet de Pelayo tiene las horas contadas como negocio privado. Darle un uso y una gestión pública forma parte de los planes a corto plazo apuntados por el futuro arrendatario, el gran mecenas de la pilota José Luis López. El anuncio llega tras el consenso alcanzado con la Federación Valenciana de Pilota, el presidente de las Corts Enric Morera y los síndicos de los grupos parlamentarios, en la reunión mantenida en la mañana de ayer. López, a falta de estampar las firmas en los documentos, alquilará el recinto al propietario Jaime Amorós. El contrato, por diez años, contempla la opción a compra, con derecho además a subarrendar. Se trata de una operación «puente» hasta que Pelayo se pueda traspasar o bien a la administración, o a la federación. La idea es que este futuro «centro neurálgico pase a ser una empresa pública», vino a decir López, que ahora deberá indemnizar con 110.000 euros a los hermanos Arturo y Vicente Tuzón, que cierran su etapa como gestores del mítico recinto.

Morera incidía además en la idea expresada por la concejala socialista de Deportes en el consistorio, Maite Girau, para la creación de un consorcio público a tres bandas. Formado por Generalitat, Diputación y Ayuntamiento, este hipotético organismo público que regiría Pelayo es aún una entelequia. «Cómo se concretará la fórmula ya lo veremos, pero lo urgente, que era su salvación, está asegurada con el arrendamiento», insistía una y otra vez Morera. La segunda parte, más peliaguda, pasa por dotar a la instalación de otro tipo de contenidos más allá de las partidas profesionales. Una posibilidad podría ser que la Fundación deportiva municipal asumiera el alquiler y la gestión de Pelayo; de esta manera, además de albergar las grandes partidas de profesionales, también se podría apoyar a las escuelas de pilota de la ciudad, con la generación de nuevos jugadores y nuevos aficionados.

Dos fueron los manifiestos entregados ayer a las Corts. El primero, más genérico, con ocho propuestas «para dignificar y aumentar a importancia del deporte de la pilota valenciana». El segundo, con el único punto de Pelayo, donde se planteaba abrirlo a las fallas, o colegios. Crear escuelas de pilota en la capital, facilitando el uso del trinquete para sesiones docentes de primaria y secundaria, podría ser otra de la vías. Albergar una Escuela de Tecnificación cabría también como una opción que ilusiona a los implicados. Sin olvidar la parte del espectáculo. «Esta historia viva de nuestro deporte debe continuar albergando las mejores partidas al más alto nivel», señalaba Morera, haciéndose eco de uno de los puntos expuestos ayer por profesionales como Genovés II y Soro III, que además reclamaron para jugadores como ellos ayudas y becas por parte de la Administración que los equipare a los deportistas de elite.

La salvación del Trinquete pasa ahora por el visto bueno de los abogados a toda la documentación, tras el acuerdo alcanzado la noche del lunes entre Jaime Amorós y José Luis López. «Está hecho casi al 95%», adelantaba ayer Daniel Sanjuan, presidente de la Federació de Pilota Valenciana, tras la recepción en las Corts. Jugadores „ profesionales y aficionados„, trinqueters y directivos federativos ofrecieron una imagen de unidad que arrancó gestos de asombro de los distintos representantes políticos. El consenso entre los principales actores del deporte autóctono era tan palpable que Morera hasta recuperó la figura de Manolo Tarancón „ gran impulsor de la pilota„ para elogiar la capacidad, exclusiva de esta seña de identidad, «de unir a un pueblo y convertirse en un referente que nadie discute». Tampoco perdió la oportunidad de a la pregunta de si como Bien de Interés Cultural Inmaterial, el ejecutivo de Alberto Fabra lo había respaldado como tal, lanzaba: «Una cosa es ser BIC y otra tener presupuesto público detrás». «Espero que eso cambie ahora», concluyó.