El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia y responsable de Turismo, Joan Calabuig, anunció ayer un aumento de controles en la Fundación Turismo Valencia para ganar seguridad y tranquilidad respecto a su gestión. Aunque sin citarlo, esta medida tiene como objetivo impedir contrataciones como la que se realizó en su día con el Instituto Nóos, del que era presidente Iñaki Urdangarín, que ha llevado al banquillo de los acusados al anterior vicealcalde de la ciudad, Alfonso Grau.

En una comparecencia pública junto al director gerente de la fundación, José Salinas, Calabuig confirmó la continuidad de la Fundación Turismo Valencia, creada por los propios socialistas a principios de los años 90 para gestionar el turismo de la ciudad. Calabuig cree que esta fórmula, en la que las empresas del sector tienen un papel muy importante, es mejor que otras fórmulas de mayor intervencionismo, pero cree que hay que introducir controles. «Cuando la fundación ha realizado su trabajo ha funcionado bien. Sólo cuando se la ha querido utilizar para otros fines ha habido problemas», dijo.

La primera medida en ese sentido será encargar una auditoría de cuentas desde el año 2013 hacia atrás, lo que supone fiscalizar, entre otras cosas, los contratos de la Valencia Summit con el Instituto Nóos, que se fraguaron entre los años 2004 y 2006 con un gasto superior a los tres millones de euros.

Para Calabuig, esta medida tiene como principal objetivo trasmitir «seguridad y tranquilidad» respecto a la gestión realizada y mejorar la imagen de la ciudad, que había quedado dañada con el caso Urdangarín.

Así mismo, está previsto crear un secretariado para la entidad y hacer reuniones mensuales de su directiva con presencia del propio Calabuig como responsable municipal de esta área. Por último, habrá una mayor implicación de la Intervención General del Ayuntamiento en las cuentas de la fundación y todos los contratos con un importe superior a los 50.000 euros tendrán que se aprobados de forma colegiada. Según Calabuig, «hay que tener una entidad ágil, pero que tenga los mayores niveles de seguridad».

Turismo para mayores y gays

A partir de ahí, su propósito es hacer un Plan Estratégico de Turismo 2016-2020, en el que esperan contar con otras entidades públicas y privadas como las universidades, desarrollar el turismo cultural y atraer a grupos específicos de visitantes, como discapacitados, personas mayores o el colectivo de gays y lesbianas.

También se intentará atraer el turismo que ha dejado de ir, por razones obvias, a destinos como Egipto, Grecia o Túnez. Todo los medios son buenos, según Calabuig, para ganar en desarrollo económico y creación de empleo.