El Ayuntamiento de Valencia tiene un grave problema en Barón de Cárcer. Numerosos viandantes infringen continuamente el reglamento de circulación, cruzando con el semáforo en rojo y por zonas por donde no existe un paso de peatones. Levante-EMV llegó a contabilizar a las 12 del mediodía de ayer a 40 personas vulnerando por completo la señalización horizontal y la semafórica. En tan solo cinco minutos. Además al menos cuatro vehículos realizaron giros indebidos.

Siete accidentes, con un fallecido incluido, son muchos para esa vía en un año. En noviembre del año pasado Mobilitat Sostenible convirtió un largo tramo de Barón de Cárcer en doble sentido, el que va desde la calle Garrigues hasta el Mercat Central. Lo hizo tras la peatonalización blanda en el entorno de la Lonja. «Para dar servicio a los vecinos de la zona y al transporte público que reclaman los vendedores del mercado, es la única opción posible», asegura Giuseppe Grezzi, regidor de Mobilitat Sostenible, que recuerda que la medida se contemplaba ya en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible que aprobó el PP. El concejal de Compromís descarta revertir la doble dirección. «El diseño está bien hecho», insiste.

Sin embargo, desde que la calle tiene doble sentido, los accidentes se han multiplicado. Es cierto, como comprobó ayer este periódico, que un preocupante número de viandandes no respetan las normas, por ello se inquirió a los responsables de Movilidad y Protección Ciudadana sobre si el ayuntamiento puede hacer algo más para evitar atropellos y accidentes en esta vía.

Grezzi considera que es evidente que existe «un problema de respeto de la normativa vigente». Preguntado sobre si se puede mejorar la señalización, recuerda que ningún accidente se ha debido a esta cuestión y que la concejalía tomó la decisión de rebajar la velocidad en esa vía a 30 km/h, «lo que seguro que ha evitado males mayores». El regidor de Compromís cree que es la Policía Local «la que debe tomar medidas y nos ayude a intentar concienciar a las personas, con los medios de que disponen, de que se han de respetar las normas».

Este periódico le trasladó varias cuestiones a la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, sin obtener respuesta; entre ellas si la Policía Local había detectado algún problema de diseño en la calle y si pensaban a reforzar el control y la vigilancia para evitar más accidentes.

Para conocer la magnitud de problema lo mejor Levante-EMV decidió contabilizar el número de infracciones que se producen en los distintos tramos de las calles y durante cinco minutos. El resultado fue escandaloso. Entre Garrigues y Adressadors tres personas cruzaron en rojo, entre ellas una persona mayor y un transportista con una carretilla.

Entre Adressadors y la calle Llanterna, la cifra aumenta a cinco infracciones, incluida una bicicleta. De Llanterna y Manuel Aguilar, la cifra de personas que no respetaron la señalización ya son seis. Además, este periódico contabiliza cuatro giros indebidos a la calle Llanterna con una doble línea continua (un coche, un taxi y dos motos).

Conforme nos acercamos al Mercat Central la infracciones se disparan; entre Manuel Aguilar y Carabasses este diario contabiliza 10 casos, con personas cruzando la calle por lugares no permitidos, una pareja y un señor mayor con sendos carros de la compra y dos jóvenes con auriculares puestos.

La situación más preocupante se produce al final, entre la calle Carabasses y la plaza de Brujas, con hasta 16 infracciones. De todo tipo: tres turistas italianos, un abuelo con su nieta cruzando en rojo, personas con carros de la compra, etc. Asistimos además a la conversación de una pareja de ancianos: «¿Pero dónde vas?», le dije ella con el semáforo rojo, tras recordarle que el miércoles hubo un atropello. Casi en el mismo instante, un gran bocinazo de un autobús de la EMT da un «susto de muerte» a un jubilado que cruzaba sin mirar en el paso de peatones de enfrente. «No me he dado cuenta», se justifica el señor, mientras un policía local se acerca a interesarse por este nuevo incidente.