Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ampliación

El asilo de las religiosas de la calle Sagunto proyecta su ampliación en el jardín interior

La residencia tendrá que eliminar un 30%de las plazas si el ayuntamiento no autoriza la modificación del PGOU impulsada en 2013

El jardín de 11.000 metros cuadrados de la residencia de la calle Sagunto con el muro de la calle Almassora. fernando bustamante

El Govern de la Nau tiene sobre la mesa desde hace meses un proyecto para la ampliación de la Casa Asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, el centro de mayores más grande de la ciudad, que ocupa una manzana entera en la marginal izquierda del Jardín del Turia, entre las vías del tranvía de la calle Almassora, la calle Sagunto y la plaza de Santa Mónica. Tras sus muros viven 50 religiosas y 192 ancianos (más otros 70 del pabellón de matrimonios),la mayoría con pensiones bajas que no podrían asumir los 1.800 euros mensuales que puede llegar a costar una residencia privada. El asilo, con una lista de espera de 120 personas, «se ha quedado pequeño» y necesita reformas para ajustarse a la normativa autonómica que regula las residencias gerontológicas y que exige servicios similares en muchos casos a los de un hospital.

El asilo de ancianos de la calle Sagunto fue fundado en 1872 por Santa Teresa Jornet e Ibars en terrenos de la huerta de Morvedre y sobre los restos de un antiguo convento agustino. A vista de pájaro, el asilo destaca por sus dos claustros y por su extenso y frondoso jardín con una fuente central,parterres, un pequeño huerto y más de 20 palmeras. El edificio está declarado Bien de Relevancia Local por su significación como enclave histórico religioso y por el interés patrimonial del conjunto arquitectónico. Precisamente sobre una parte de este huerto, que no está catalogado y es de uso privativo de la congregación y los ancianos, se proyecta la ampliación de la residencia, que empezó a tramitarse enel año 2013.

Lo que empezó siendo una comunidad religiosa modesta y dedicada al cuidado de los ancianos ha acabado convirtiéndose en una congregación con implantación en medio mundo, «una gran empresa» formada por 2.300 reliogiosas que gestiona 200 residencias con 26.000 ancianos, que dan trabajo a más de 400 personas y que solo en València tiene un impacto económico de dos millones de euros. Una contribución a la ciudad poco conocida que ahora las religiosas, cuya congregación asumirá íntegramente el coste de la reforma, esgrimen ante la urgencia de ampliar el asilo, una edificación de 1911 donde ya se han hecho varias reformas, a pesar de lo cual siguen siendo necesarias nuevas adaptaciones. Si el ayuntamiento no aprueba la ampliación, será necesario eliminar 73 plazas (un 30% de las existentes).

Para poder realizar la ampliación de sus instalaciones las religiosas necesitan que el ayuntamiento apruebe una modificación del planeamiento, que supondrá un cambio de alineaciones y de volumetría. La modificación del planeamiento que pide la congregración permitiría ganar 4.400 metros cuadrados a costa de ocupar 800 metros cuadrados en el jardín interior. El nuevo pabellón consumiría entre un 4% y un 7% del jardín interior, que tiene 11.000 metros cuadrados y cuenta con cancha deportiva y hasta una reproducción de una barraca.

El coste por plaza triplica

El anterior equipo de gobierno del PP alcanzó un principio de acuerdo con las religiosas que pasaba por el retranqueo del muro recayente a la calle Almassora para ampliar la acera, de apenas medio metro en algunos puntos, y que obligaba a trasladar la zona de servicio de la residencia. Este acuerdo, que suponía la cesión por parte de la congregación de unos 75 metros cuadrados, habría supuesto un ajuste de alineaciones que habría mejorado la movilidad en este calle, limitada ya de por sí por la playa de vías. El convenio, sin embargo, no llegó a firmarse y ahora está en proceso de revisión por parte del nuevo ayuntamiento, gobernado por Compromís, PSPV y València en Comú.

Las Hermanas de los Ancianos tienen un grado de autonomía poco habitual. Dependen del Vaticano directamente y no rinden cuentas al Arzobispado de València. El consejo general de la congregación, formado por siete religiosas, es el máximo órgano de decisión y tiene sede en València. Ellas fijan los criterios de admisión a las residencias, donde los ancianos sufragan su estancia con parte de sus pensiones, cuya media no supera en la mayoría de los casos los 400 euros, y no aceptan ingerencias de la administración en este sentido. El coste económico de las plazas de los asilos de las Hermanas de los Ancianos es de 620 euros, tres veces menos que el de una residencia privada.

Compartir el artículo

stats