El proyecto para construir la nueva sede de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana (Fsmcv) lleva más de 2 años paralizado porque el Ayuntamiento de València, en concreto la Concejalía de Comercio y Control Administrativo, no ha concedido la licencia de actividad.

Ello pese a que el plan de rehabilitación de la Alquería de Julià, un inmueble singular del siglo XVII declarado Bien de Interés Cultural en 2007 y Monumento Artístico Nacional en 1978, tiene el visto bueno de la Dirección General de Patrimonio desde finales de 2016 y aunque Bankia tiene preparados entre 2,5 y 3 millones de euros para acometer la restauración de este histórico edificio dentro de una actuación global denominada la Casa de la Música.

La Alquería Julià, también llamada Huerta de Julià, está ubicada en la retícula urbana de la ciudad de València, entre la actual Avenida del Cid y el viejo cauce del río Turia. El edificio tiene fachada a las calles Castán Tobeñas, Velázquez y Paseo de la Pechina. En julio de 2016, el president de la Generalitat, Ximo Puig, el alcalde de València, Joan Ribó, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri y el presidente de la Fsmcv, Pedro Rodríguez, presentaron este proyecto que entonces ya se confiaba que podía estar casi acabado con motivo del 50 aniversario de la entidad federal que se celebra en el presente ejercicio.

Las obras sin embargo aún no han comenzado. El plan pasa por reformar el edificio perteneciente a la entidad financiera y sufragar los costes a cuenta de la iniciativa Bankia Escolta València. El propio Goirigolzarri está entusiasmado con la iniciativa cultural pero los trámites administrativos no avanzan.

La futura sede federal está enclavada en el Barrio de Nou Moles (l'Olivereta), albergó el Colegio de Santa Bárbara y hoy está en estado de ruina.

Una vez reformada, constará de dos plantas, más el sótano y una torre que sumarán unos 900 m2 construidos sobre más de 1.900 m2 de parcela. Incluirá jardines, una sala de ensayos, un auditorio de unos 200 m2 para 200 personas, además de oficinas y despachos para el personal de la federación de bandas y para archivos -videoteca y fonoteca-, formación -sala de partituras y exposiciones- e investigación, con una superficie de unos 900 m2.

Fuentes de la Fsmcv recuerdan que el pasado 28 de septiembre le pidieron por carta y formalmente a Joan Ribó «que agilizase los trámites para obtener los permisos e iniciar las obras». Sin embargo, matizan «no ha habido contestación, y en la última asamblea de las bandas, del pasado 6 octubre, este retraso fue motivo de queja y debate entre los cientos de representantes del colectivo reunidos en el Palau de la Música».

Por su parte, el Ayuntamiento de València explicó ayer que la licencia de consolidación ya ha sido concedida, por lo que solo está pendiente la licencia de actividad, que en estos casos se somete a un proceso «muy garantista». Las fuentes recordaron que se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) y un jardín histórico en el que hay que analizar, entre otras muchas cosas, los problemas de evacuación. No obstante, entienden la relevancia de la alquería Julià y esperan que esta licencia se resuelva pronto.

Conviene recordar que la institución musical está enclavada actualmente en un céntrico edificio de la calle Sorní: «El problema -añaden estas fuentes- es que el crecimiento constante de nuestro movimiento asociativo, ha provocado que el personal y los directivos de la Fsmcv ya no quepamos literalmente en la actual sede». No en vano, desde esta oficina se da servicio hoy a 550 sociedades, más de 40.400 músicos y 200.000 socios.