La Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de València marcará como prioridad en la recién estrenada legislatura allanar las trabas a las que se enfrenta la juventud valenciana en el acceso a una vivienda digna. Una determinación que traza el nuevo Plan de Juventud 2019-2023, heredado del exconcejal Roberto Jaramillo y aprobado en comisión por unanimidad, para el que se han destinado 777.304,91 euros de los más de dos millones de euros reservados para el total de los servicios integrados en Juventud.

Hace tiempo que la precariedad laboral en los jóvenes dejó de ser un secreto. Aquella generación que creció bajo la advertencia de que vivirán mucho peor que sus padres y madres. El prefacio se cumplió y el acceso a un empleo digno, así como el derecho a una vivienda, se disipó. La falta de trabajo y la precariedad laboral limitan los proyectos de vida de las personas jóvenes, disfrazando de «moda millenial» la obligatoriedad de compartir su vivienda con personas desconocidas.

A la actual escalada de los precios de alquiler en la ciudad de València (raro es ya encontrar vivienda por menos de 450 euros) se suman los requisitos demandados por las inmobiliarias para dar el visto bueno al posible inquilino, en muchas ocasiones desmesurados frente a la realidad económica de la juventud: ni tienen nómina, porque están con un contrato de prácticas, ni mucho menos un contrato indefinido.

¿La alternativa? Con cada vez más frecuencia solicitan uno o dos avales. Algo sumamente dificil, dado que en muchas ocasiones son los mismos padres y madres los que ya de por sí conviven en la precariedad o el paro. Reglas de juego que no dan mucho margen al acceso a la vivienda y que no dejan de alargar la edad de emancipación juvenil. Así, una de las prioridades del nuevo Plan es la negociación entre ayuntamiento e inmobiliarias para la promoción de nuevos modelos de acceso a la vivienda para jóvenes (más fieles a la realidad socioeconómica actual, que, por ejemplo, no incluya como requisito indispensable la aportación de un contrato indefinido o dos avales) y así allanar las trabas y las «medidas encorsetadas» actuales de acceso a la vivienda en un escenario donde la juventud no «puede plantearse un proyecto de vida estable», señala la concejala de Juventud, la socialista Maite Ibáñez.

Es por ello que, pese a que el nuevo plan se estructura en cuatro ejes (juventud emancipada, comprometida, participativa, activa y barrios jóvenes), la edila asegura que la concejalía tendrá como prioritarias las medidas entorno a la vivienda, la formación y el empleo, «el alma y la base de todo lo demás», reconoce Ibáñez. Y es que para la redacción del plan se contó con la participación de 1.011 jóvenes y se aportaron 1.255 propuestas para evitar la mirada «adultocentrista».

Durante estas encuestas, las personas consultadas lamentaron que muchos de ellos dejan los estudios superiores porque no pueden pagar la universidad, dado que «el sistema de becas es insuficiente»; al mismo tiempo que denunciaron que los contratos de prácticas son una «forma legalizada de explotación laboral». Es por ello que Juventud promoverá charlas sobre derechos laborales en los centros educativos de secundaria desde 3.º de ESO hasta 2.º de Bachiller. «Es fundamental este tipo de formación. Hoy en día hay un capital humano buenísimo en el que debemos invertir de cara a sus derechos laborales para evitar la fuga de cerebros», asegura Ibáñez. Es por ello que la edila advierte de la importancia de revisar los acuerdos entre universidades y empresas privadas para «dar la vuelta» a las prácticas como un período de trabajo, en lugar de como un método de formación englobado dentro de los créditos universitarios.

Orientación laboral

En cuanto a la educación, los encuestados reconocieron que «no está enfocada en potenciar las capacidades individuales», al mismo tiempo que denunciaron que «la oferta educativa no se corresponde con la laboral». Es por ello que desde la concejalía pretenden fomentar la orientación para facilitar la elección del itinerario educativo desde los 14 años, al mismo tiempo que pondrán en marcha talleres para conocer diferentes alternativas profesionales, así como establecer programas de formación de idiomas para jóvenes en situación de vulnerabilidad.