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Tribuna

El privilegio del retrete

El privilegio del retrete

Cuando algo está tan asimilado en la cotidianeidad que pasa desapercibida, incluso hasta volverse invisible, la razón por la que se creó, se hace necesario volver a aproximarse de nuevo a ese objeto para recuperar su significado y, además, reconocernos en él, tal y como nos invitó a reflexionar George Perec. Y tomo como referencia al autor francés para dejar más en evidencia las chanzas que puedan surgir en torno al objeto protagonista de este artículo, cuya existencia bien merece ser celebrado con un Día Mundial por las Naciones Unidas.

Sí, señora o señor lector. Este artículo se suma a la celebración de la existencia de ese trono que inspiró las «Loas al cuarto de baño» de Les Luthiers, que en Trainspotting se convirtió en un personaje más de la historia o que en Japón ha sido objeto de la exposición «¿El baño? El desecho humano y el futuro de la Tierra», para mostrar los avances tecnológicos de los nipones en la materia. El mismo que en India protagoniza la película «Toilet, A love Story», y que tras una romántica historia deja entrever una de las preocupaciones de salud pública más seria del país. Como puede apreciarse, en cada parte del mundo, desempeña un papel diferente.

Retrete, inodoro, váter, tigre? cualquiera que sea su nombre, es indiscutible que su invención ha supuesto uno de los mayores avances sanitarios de la historia. ¿Quién se lo iba a decir a Sir John Harrington cuando lo creó para la reina Isabel I de Inglaterra? La realidad es que hoy en día ni usted ni yo podríamos imaginar cómo sería nuestra vida sin uno de estos artilugios en nuestras casas, trabajos, bares o lugares que frecuentamos.

No me refiero a la comodidad de estar a salvo de la intemperie, que también. En el mundo, alrededor de 2.400 millones de personas no tienen acceso a saneamiento adecuado y 1.000 millones defecan y orinan al aire libre, con especial incidencia en el Sur de Asia y en África Subsahariana. En estas zonas, disponer de un retrete es vital para evitar enfermedades y la contaminación del agua pero, también, para garantizar el acceso a la educación de las niñas y una vida libre de violencia para las mujeres, tal y como advierten organizaciones como Movimiento por la paz. Por tanto, nos encontramos con otro elemento que refleja la dualidad del mundo, la desigualdad y pérdida de dignidad que se deriva de tener acceso o no a un váter. De ahí que el lema de este año sea: «No dejar a nadie atrás».

En nuestra sociedad, ya nadie discute su trascendencia. El retrete es un elemento más de nuestra cotidianeidad. Es el agujero por el que se cuela aquello para lo que está diseñado, pero también elementos que deberían acabar en la basura y no en la red de saneamiento. Así lo refleja el documental «Usar, tirar, atascar» que hemos impulsado desde el área del Ciclo Integral del Agua, en colaboración con Acciona, y que vamos a convertir en unidad didáctica para llegar a los más jóvenes e intentar cambiar los hábitos desde la raíz.

La película nos muestra cómo un gesto tan sencillo como es tirar de la cadena puede desencadenar una catástrofe medioambiental de incalculable impacto. En nuestra ciudad, sin ir más lejos, nos vimos abocados a actuar de urgencia sobre el Colector Norte, porque estaba a punto de obstruirse y verter las aguas negras al cauce del río Túria, a nuestro jardín más emblemático. Más de 10 millones de euros hemos tenido que invertir en unos trabajos que concluyeron con la extracción de más de 6.000 toneladas de todo tipo de residuos, en especial toallitas higiénicas. Nuevos inventos de las autodenominadas sociedades avanzadas en las que vivimos que se convierten en desechos que tiramos donde nos resulta más cómodo, sin ser conscientes del efecto que estamos desencadenando sobre nuestro entorno.

Es por ello que el Día Mundial del Retrete nos debe servir para que tomemos conciencia de su valor a lo largo de la historia para salvar vidas y permitirnos evolucionar como sociedad. De la suerte de tenerlo en nuestras casas. Por ello debemos aprender a cuidarlo, dejando de tirar por el sumidero todo tipo de residuos para los que no está preparado. Si miramos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de que disponer de un retrete es un privilegio y es nuestra obligación utilizarlo con responsabilidad.

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